Escrito por: Luisa Rangel Fotografía: Yorch Sans Maquillaje y Peinado: Valentina Otero Locación:Hotel AKA Brickell
Con apenas 27 años, Eddy Vera ha transitado una vida que muchos tardarían décadas en procesar. Venezolana de origen, llegada a Estados Unidos a los 17, y hoy empresaria, conferencista y referente de liderazgo femenino en Miami. Lo que comienza como un relato de migración y reinvención se convierte en una historia de superación brutalmente honesta, con episodios de enfermedad, duelo, reinicio financiero y, finalmente, construcción de legado.

Tu llegada a Estados Unidos fue muy joven. ¿Cómo fue ese primer impacto y cómo nació tu proyecto empresarial?
Me vine con 17 años sin tener idea de cómo funcionaba la vida aquí. Llegué a Nueva York y fue un choque brutal, me vi sin nada. Estaba haciendo redes de mercadeo y quedé en ceros. Fue ahí cuando descubrí el mundo de los seguros, y decidí no hacer lo típico: digitalicé procesos, agregué una experiencia humana distinta, y nació EV Financial. Hoy no solo brindamos seguros, sino estabilidad emocional, económica y un servicio real para la comunidad latina.
La industria de los seguros no es popular entre los latinos. ¿Cómo transformas esa percepción?
Nos falta cultura financiera. Cuando alguien tiene un problema, lo primero que cancela es el seguro. Pero yo les explico: si te enfermas sin protección, te quiebras emocional y económicamente. Aquí las facturas médicas son impagables sin un seguro. Enseñamos que es más caro no tenerlo. Nuestra filosofía es proteger antes de lamentar.

Tu historia tiene un trasfondo aún más profundo. A los 15 sufriste una enfermedad autoinmune, y luego cáncer. ¿Cómo cambian esos momentos la vida?
Mi vida cambió por completo. A los 15, el diagnóstico fue Guillain-Barré. Dejé de mover mis piernas. Luego, una recaída afectó todo mi cuerpo. Pasé meses en rehabilitación, sin poder comer sola. A los 19, me diagnosticaron cáncer de ovario. Perdí la adolescencia, el colegio, las amigas de infancia. Me preguntaba “¿por qué a mí?”, hasta que entendí que la pregunta no era “por qué”, sino “para qué”. Hoy sé que fue para formar carácter y para servir.
¿Cómo te prepararon esas experiencias para lo que haces hoy?
Me entrenaron en el duelo. No solo por la enfermedad, sino por la pérdida de mi mejor amigo. Aprendí que el duelo no es solo perder personas, es también perder versiones de una misma. Lo que me sostiene es mi espiritualidad. Dios es el héroe de mi vida. Y gracias a él puedo convertirme en ejemplo, pero sobre todo en herramienta para los demás. Hoy puedo mirar a los ojos a alguien que está cayendo y decirle, desde la experiencia, que sí se puede salir adelante.
Ser fuente de inspiración viene con responsabilidad. ¿Cómo la gestionas?
Con ejemplo. No puedo predicar lo que no practico. Y con gratitud. Vivo agradecida por todo, desde un sorbo de café hasta el rayo de sol. Enseño eso a mi equipo. Una empleada me dijo que a los 64 descubrió lo que era agradecer. Eso es legado. Me esfuerzo por mantenerme congruente, por vivir una filosofía de servicio y agradecimiento que inspire desde la acción, no desde el discurso.
¿Qué significa para ti generar impacto?
Cuando llegué a Miami, mi hermano me dijo: “Esta ciudad o te la comes o te come”. Hay muchas oportunidades, pero también muchas distracciones. Impacto es usar esas oportunidades para transformar, no solo para crecer. Todavía no estoy donde quiero. No he hecho ni el 1% de lo que sueño. Y ese sueño va mucho más allá de lo económico: es ver a otros lograrlo, romper patrones, sanar.

¿Y cuál es ese sueño?
Inspirar a millones. Escribir libros. Hablar en escenarios. Solidificar mi empresa, pero sobre todo vivir del servicio. Amo servir. Eso me da sentido. Quiero dejar herramientas reales a las mujeres y jóvenes que, como yo, un día se sintieron sin rumbo.
¿Qué les dirías a las mujeres que están empezando, o que atraviesan momentos oscuros?
Que vivan un día a la vez. Que agradezcan intensamente. Que elijan transformar sus retos en impulso, no en ancla. Todas tenemos luchas, pero también tenemos elecciones. Yo elegí transformar, que confíen en que su historia está siendo escrita con un propósito.
¿Qué es el éxito para Eddy Vera?
El éxito no es llegar, es cómo transitas. Es disfrutar del camino. Y el legado es eso que dejas cuando ya no estás. Que me recuerden por lo que sembré, no por lo que tuve. El éxito es despertar cada día sabiendo que lo que haces tiene sentido, que hay alguien beneficiándose de tu esfuerzo.