Escrito por: Luisa Rangel Fotografía: Yorch Sans Maquillaje y Peinado: Laura Carreras Estilismo: Cleimar López Locación: Hotel AKA Brickell
Lely nació en Cuba y llegó a Miami siendo niña. Estudió su bachillerato y maestría en enfermería en la Universidad de Miami, y se especializó en cáncer de mama, oncología quirúrgica y genética. Un diagnóstico personal de cáncer de ovario la llevó por un camino inesperado: el mundo de la estética médica. Hoy, combina ambas pasiones: sanar a través del trato humano y empoderar desde la belleza sutil. Esta entrevista revela cómo renació, construyó un negocio propio y redefinió su propósito, todo desde su consulta en Miami.

Cuéntanos de dónde vienes y cómo llegaste a lo que haces hoy.
Nací en Cuba, llegué a Miami a los diez años. Estudié enfermería y luego hice una maestría en la Universidad de Miami. Inicié trabajando en oncología, atendiendo pacientes de cáncer. A los 21 años, cuando mi hijo nació, me diagnosticaron cáncer de ovario. En medio de ese proceso,
entendí el valor de sentirme bien, de querer verme bien para sentirme fuerte. Con el tiempo, me especialicé también en cirugía oncológica y en diagnóstico temprano.
Sin embargo, te inclinaste por la estética. ¿Cómo sucedió esa transición?
Siempre fui apasionada por la belleza. Invertí en formación. Mientras trabajaba en el hospital, comencé a atender pacientes los fines de semana. Mis seguidoras en redes sociales veían resultados reales y naturales. Eso me motivó a lanzar mi propia consulta. Hoy, tras tres años de matrimonio, mi esposo se ha convertido en mi socio: él maneja la parte empresarial, y yo lo clínico. Hemos crecido juntos, con ética, alma y pasión.
¿Qué parte de tu experiencia en oncología llevas a la estética?
Mucho. Esa empatía, escucha, esa convicción de acompañar a mujeres como un apoyo en sus momentos más vulnerables. Muchas clientas provienen de mi práctica médica: confían en mí porque saben que valoré a cada una durante su tratamiento. Y agradecida, hoy ayudo con técnicas naturales que levanten su autoestima sin cambiar quiénes son.

¿Cuál es la filosofía que guía tu práctica estética y cómo se relaciona con el amor propio?
Para mí, la estética debe acompañar, no transformar. Mi enfoque es siempre realzar lo que ya tienes, sin forzarlo, sin seguir tendencias que no te representen. La belleza, bien manejada, puede ser una herramienta poderosa. Pero debe hacerse con ética y con intención. Yo quiero que mis pacientes salgan sintiéndose ellas mismas, solo con un brillo distinto. Que se vean al espejo con respeto, no con juicio. La estética no debería alejarnos de quienes somos, sino ayudarnos a abrazarnos mejor.
Sé que también usas tu voz en redes sociales.
¿Cuándo descubriste el poder de tu narrativa?
Cuando dejé de hablar solo lo que la gente quería oír, y comencé a contar mi verdad. Cuando confié en mi conocimiento y en mi sensación clínica. Fue en ese momento que vi el impacto: clientas que me buscaban por mi mensaje honesto, y luego compartían agradecidas. Entonces supe que mi voz podía cambiar ideas en la industria.
¿Cómo trabajas tu vulnerabilidad públicamente?
Antes buscaba la perfección en redes: filtros, posturas…Hoy acepto imperfecciones, incluso aparece una extensión mal puesta y digo: ‘esa soy yo’. Aprendí a aceptar la Lely real. Mostrar autenticidad conecta más que mostrar perfección vacía.

Has vivido toda tu vida en Miami. ¿Qué representa esta ciudad para ti y cómo influye en tu trabajo?
Miami es el alma de la mujer latina: diversa, intensa, auténtica. Aquí crecí, me formé y lancé mi negocio. Pero también es una ciudad con una presión estética enorme. Muchas mujeres llegan queriendo parecerse a otras, con fotos de celebridades en mano. Para mí, el reto y también la misión es romper con ese molde y recordarles que su belleza ya es única, y no necesita imitar a nadie.
¿Dónde encuentras inspiración en la ciudad para ti?
En el mar, en el agua. Me reconecta. Cada domingo voy a algo tranquilo: una hora junto a la playa, antes que llegue la locura del día. Ese momento me recarga, me trae calma y claridad para todo lo que viene.
Para cerrar, Lely, ¿qué mensaje le darías a las nuevas generaciones que buscan belleza más allá del espejo, en un mundo saturado de filtros y expectativas?
Que nunca pierdan su esencia. Cuando aceptas tu vulnerabilidad y tu singularidad, nada externo puede desestabilizarte. La estética debe acompañar lo que ya eres, no borrarte. Sé auténtica, sé educada, sé tú.