Stephania Stegman “Ser inspiración no es mostrarse impecable, es mostrarse real”

Escrito por: Luisa Rangel, Fotografía: Yorch Sans, Maquillaje y Peinado: Faby Rojas, Locación:  Hotel AKA Brickell

Desde Asunción hasta las pasarelas de Polonia y Miami, la historia de Stephania Stegman es un viaje de evolución. Fue coronada Miss Supranational 2015, marcando un hito para Paraguay al convertirse en la primera en lograr ese título. Pero lo que parecía la cima era apenas el comienzo.

Descubierta a los 12 años, desfiló en Nueva York y París, posó para Carolina Herrera y Victoria’s Secret, y construyó una carrera internacional. Hoy, Stephania ha cambiado las luces de las pasarelas por una vida con propósito, maternidad, espiritualidad y emprendimiento. Fundadora de la marca STEGMAN, madre de Bruno, y pareja del artista Pablo Mejía, da un giro al concepto de éxito al priorizar la autenticidad por encima de la apariencia.

¿Cómo describirías la transformación personal que te ha llevado de las coronas a convertirte en una voz inspiradora y auténtica?

La transformación ha sido una travesía de adentro hacia afuera. Al inicio, en los concursos de belleza, lo importante era la imagen externa: postura, sonrisa perfecta. Con el tiempo entendí que mi valor no estaba en una corona, sino en mi voz, en mi historia. Lo más desafiante fue quitarme las capas de perfección y mostrarme tal como soy. Hoy me siento más libre y auténtica. Ser inspiración no es mostrarse impecable, sino ser honesta.

Hoy, ¿qué parte de ti sientes que la gente aún no conoce, pero es esencial para entender quién eres?

Muchas veces se ve el resultado, no el proceso. Soy muy sensible, introspectiva, espiritual. Paso tiempo reflexionando, sanando. Esa parte, que no siempre muestro, es mi raíz. Mi fortaleza nace de ese trabajo diario, interno, silencioso.

 ¿Qué significa para ti alzar esa bandera en una ciudad tan diversa como Miami?
Alzar la bandera de mis raíces es un acto de amor. Ser latina en Miami no es solo una etiqueta: es una identidad con historia. Cada paso que doy busca abrir espacio para otras mujeres que quieren mostrarse sin moldes. Llevar mi cultura y valores a cada proyecto es mi manera de decir: estamos aquí, con fuerza y autenticidad.

 ¿Qué ha sido lo más transformador que te ha enseñado la maternidad sobre ti misma?

Me dio vuelta el alma. Me enseñó a amar más profundo y también a enfrentar mis límites. Me hizo más empática, paciente y fuerte. Aprendí a soltar lo que no suma, a valorar lo simple. Mi hijo me recuerda que la versión más valiosa que puedo dar al mundo es la más honesta de mí misma.

¿Qué silencios has aprendido a honrar en medio de una vida tan pública?

He aprendido a valorar los silencios que protegen, que contienen, que sanan. En un mundo donde todo se comparte y se muestra, elegir callar ciertos procesos, vivirlos en intimidad, es un acto de amor propio. No todo necesita ser validado por los demás. Mis emociones, mis tiempos, mis duelos, mis momentos de introspección…los honro en silencio porque ahí es donde crezco. También aprendí a no justificarme por eso. A veces lo más sabio que podemos hacer es quedarnos quietas, respirar, y dejar que las respuestas lleguen en la calma.

¿Qué principios guían tu relación con la moda y el contenido que eliges amplificar tú mensaje?
La moda, para mí, es una forma de comunicar quién soy sin palabras. Es creativa, emocional y cultural, y esa misma autenticidad guía mis colaboraciones. No me interesa trabajar con marcas solo por estética: busco propósito, impacto y coherencia.

Como mujer latina, me enorgullece mostrar que no necesitamos encajar en moldes ajenos. En STEGMAN, mi marca de botas, celebro esa identidad con piezas poderosas y femeninas. Y con mi plataforma quiero amplificar causas reales: salud mental, maternidad profesional, y el derecho a emprender sin perfección. Porque los sueños se construyen paso a paso, desde lo verdadero.

¿Qué tiene Miami que la convierte en refugio, plataforma e inspiración, y cómo encuentras espacios para reconectar contigo misma dentro de ella?


Miami es hogar. Aquí crecí como mujer, madre y profesional. Es una ciudad que me inspira por su diversidad, su energía creativa y sus oportunidades. En una misma mañana puedo tener una reunión para mi marca y luego estar en el parque con mi hijo. Ese equilibrio entre impulso y contención es un privilegio.

Y dentro de ese ritmo, tengo mis refugios. Hay un parque cerca de casa donde camino o me siento con mi tereré, y también el mar: caminar descalza por la playa me devuelve a mí. Son espacios donde me reconecto con lo esencial, con mi propósito, más allá de los roles.

 ¿Qué legado quieres construir con tu historia y cómo esperas que las nuevas generaciones te recuerden?

Quiero dejar un legado de autenticidad y valentía. Que mi historia inspire a otras mujeres a empezar sin esperar el momento perfecto, a construir desde el caos y el amor. Me gustaría que, al mirar hacia atrás, alguien diga: “ella se animó, ella no fingía, ella inspiraba desde la verdad”.