En octubre, la cocina se vuelve escenario. Las especias, las calabazas y los dulces adquieren un carácter lúdico que despierta tanto al paladar como a la imaginación. Es el momento perfecto para jugar con sabores, texturas y presentaciones que celebren lo otoñal con un guiño encantado.
Comienza con una sopa de calabaza especiada, cremosa y aromática, ideal para una noche fresca. Agrega un toque de nuez moscada, jengibre rallado y una cucharada de crema al final para un resultado reconfortante y elegante.
Síguele unos cupcakes «de escoba», con base de vainilla, cubierta de crema color violeta y una varita de pretzel que corona la escena. Otra opción dulce y encantadora: galletas en forma de fantasmas con cobertura de glaseado blanco y ojos de chocolate.
Para quienes buscan dulces con carácter, las galletas en forma de araña, hechas con chocolate amargo y patas de regaliz, son un éxito asegurado entre niños y adultos. Si prefieres algo más sofisticado, la pasta «pumpkin alla vodka» combina el dulzor de la calabaza con la intensidad del tomate y un toque cremoso que enamora. También puedes experimentar con pizzas en forma de calabaza o mini quiches decoradas con telarañas de masa filo.
Para cerrar con broche de oro, prepara una sangría oscura con frutos rojos, canela, rodajas de naranja deshidratadas y un splash de brandy. Sírvela en copas decoradas con escarcha negra o cristales de sal coloreados. Estas recetas no solo alimentan: invitan a crear atmósferas. A transformar la cocina en laboratorio de magia estacional. Y a recordar que, en octubre, todo sabe mejor cuando se prepara con un toque de hechizo.
