Disfraces que los niños no deberían usar (o deben usar con cuidado)

La época de disfraces, ya sea por Halloween, Carnaval o fiestas temáticas, es sin duda un momento de ilusión, creatividad y magia para los niños. Pero también es una ocasión en la que se deben aplicar medidas de seguridad para que la experiencia sea realmente divertida. Vamos a explorar qué tipos de disfraces no son recomendables para los más pequeños, o al menos requieren extremar precauciones, y cómo elegir alternativas más seguras.

¿Por qué algunos disfraces implican riesgos?

Aunque un disfraz puede parecer inocente y entrañable, hay varios factores que pueden convertirlo en un problema:

  • Telas inflamables o de baja calidad que pueden prenderse ante una vela o decoración.
  • Accesorios afilados, puntas, bastones largos o cordones que se enganchan o causan tropiezos.
  • Máscaras o accesorios que obstruyen la visión, impiden respirar bien o se calientan.
  • Elementos pequeños que pueden desprenderse y el niño se lo lleve a la boca, o cordones en zonas peligrosas.
  • Telas largas o sueltas que arrastran y provocan caídas.

Por tanto, aunque el disfraz sea de un personaje querido o tendencia, conviene mirar más allá del diseño y pensar en la seguridad.

Disfraces no recomendados o que requieren especial vigilancia

Aquí tienes una lista de tipos de disfraces que es mejor evitar o adaptar mucho si se usan:

  • Disfraces con materiales altamente inflamables (telas sintéticas baratas, largas capas, accesorios que cuelgan). Mejor optar por disfraces “resistentes al fuego” o tratarlos para que lo sean.
  • Disfraces que incluyan cuerdas, cordones o lazos largos en capucha, cuello o cintura: pueden provocar enredos, estrangulamiento o accidentes.
  • Disfraces con bastones largos, espadas, lanzas, elementos punzantes que pueden herir al niño o a otros. Mejor usar versiones de juguete, sin puntas, sin rigidez.
  • Máscaras completas que cubran toda la cara, especialmente si impiden ver bien o respirar con normalidad. En su lugar, es preferible usar maquillaje o antifaz.
  • Disfraces con piezas pequeñas sueltas (botones, abalorios, pedrería) que puedan desprenderse y convertirse en riesgo de ingestión.
  • Disfraces excesivamente largos que arrastren por el suelo: riesgo de tropiezos, caídas y lesiones.

Consejos para asegurarte de que el disfraz sea seguro

  • Verifica que el disfraz tenga etiqueta o certificación de seguridad (en Europa, por ejemplo, marca CE).
  • Asegúrate de que la longitud del traje sea adecuada para la estatura del niño, sin arrastrar.
  • Prefiere tejidos resistentes al fuego o adáptalos con productos adecuados (si es casero).
  • Evita accesorios largos o colgantes; opta por materiales suaves, flexibles.
  • Si hay máscara, revisa que tenga buen campo de visión y ventilación. Considera maquillaje como alternativa si es más seguro.
  • Usa zapatos cerrados, cómodos y adecuados para caminar o correr. Evita tacones, suelas resbaladizas o zapatos grandes que dificulten la movilidad.
  • Añade elementos de visibilidad: cintas reflectantes, ropa de colores claros, linterna si va de noche.
  • Haz una prueba antes de la celebración: que el niño camine, corra un poco con el disfraz puesto para detectar incomodidades.
  • Supervisa el uso de maquillaje, evitando productos demasiado agresivos para la piel infantil.

Preguntas de nuestros lectores

¿Está mal usar una espada o una lanza como disfraz?
No necesariamente, pero es mejor que sean de juguete, sin punta, blanda y adecuada para la edad. Evita accesorios rígidos o afilados que puedan herir.

¿Pueden los niños usar capas largas?
Sí pueden, pero con mucha precaución: asegúrate de que no arrastren, que el niño pueda caminar con seguridad y que el material no sea inflamable.

¿Las máscaras completas son malas?
No siempre, pero sí pueden ser peligrosas si bloquean la vista, impiden respirar o calientan mucho. Si es máscara, que tenga buena ventilación y visión, o considera usar maquillaje/careta más segura.

¿Por qué la normativa prohíbe cordones en capuchas para menores de 14 años?
Porque los cordones pueden engancharse, provocar estrangulación o quedar atrapados en superficies, lo que representa un riesgo de asfixia o accidente.