Leer el tarot para uno mismo puede ser mágico… pero también complicado. ¿Te ha pasado que haces una tirada y, en lugar de sentir claridad, terminas más confundido o con respuestas que parecen demasiado convenientes? No estás solo. Cuando leemos para nosotros mismos, la línea entre la intuición y el autosabotaje puede volverse borrosa.

La buena noticia es que sí es posible leerte el tarot con objetividad y sin que tus miedos o deseos se interpongan en el mensaje. Aquí te damos algunas claves para lograrlo:
1. Crea un espacio sagrado (y mentalmente neutral)
Antes de tocar las cartas, respira. Apaga el ruido exterior y también el interno. Prende una vela, pon música suave, o simplemente cierra los ojos un momento. Cuanto más centrado estés, menos interferencias mentales tendrás. El tarot no responde bien a la ansiedad.
2. Haz preguntas abiertas, no caprichosas
Evita preguntas como: «¿Me va a escribir hoy?» o «¿Debería renunciar ya mismo?»
En lugar de eso, prueba con:
- «¿Qué necesito saber sobre esta conexión?»
- «¿Qué energía me rodea respecto a mi trabajo en este momento?»
El tarot guía, no dicta. Cuanto más abiertas y reflexivas sean tus preguntas, más útiles serán las respuestas.
No repitas la tirada mil veces si no te gusta la respuesta
Este es el autosabotaje número uno. Si una carta no te gusta y sacas otra, y otra, y otra… estás buscando validar lo que ya quieres creer, no lo que el tarot quiere mostrarte. Confía en el primer mensaje. Dale tiempo y profundidad antes de descartarlo.
Evita leer cuando estás emocionalmente cargado
Si estás muy triste, enojado o desesperado, lo más probable es que proyectes tus emociones en las cartas. En esos momentos, es mejor escribir tus preguntas y dejarlas para más tarde, cuando estés más tranquilo
Interpreta, no inventes
Una cosa es usar tu intuición, y otra es hacer que la carta diga exactamente lo que quieres escuchar. Si te sale un 3 de Espadas, no digas «¡es amor intenso!», cuando en realidad habla de dolor o separación. Sé honesto contigo mismo: la claridad viene con la verdad, no con el autoengaño.
Lleva un diario de tiradas
Anota tus lecturas, incluso (y sobre todo) las que no entiendes en el momento. Con el tiempo, verás patrones y comprobarás cómo el tarot te hablaba con sinceridad, aunque tú no estuvieras listo para escuchar.
Confía en tu evolución
El tarot no es un oráculo del destino inamovible. Es un espejo del presente y una guía para tu crecimiento. Si algo no te gusta, recuerda: no es una sentencia, es una invitación al cambio.