Recuperar la visión gracias a un microchip

Un microchip ocular probado en Londres devuelve la visión a pacientes ciegos. Un avance que podría cambiar millones de vidas en pocos años.

Ver la luz. Leer una carta. Reconocer un rostro. Cosas tan simples que, para millones de personas en el mundo, son imposibles. Pero eso podría estar por cambiar.

En el reconocido Moorfields Eye Hospital de Londres, cinco pacientes que vivían en completa oscuridad participaron en un ensayo clínico pionero con resultados que ya se sienten históricos. Se trata de un microchip fotovoltaico implantado bajo la retina que, junto con unas gafas especiales con cámara, ha permitido devolverles algo que creían perdido para siempre: la visión.

Cómo funciona este milagro tecnológico

El procedimiento combina cirugía de precisión y tecnología de punta. Se implanta un microchip de apenas 2 milímetros cuadrados detrás del ojo, específicamente bajo la retina. Luego, el paciente utiliza unas gafas equipadas con una cámara que capta el entorno y transmite imágenes en forma de haces infrarrojos directamente al implante. Esta señal es procesada y enviada al cerebro a través del nervio óptico.

No es magia, es ciencia. Pero sí se siente como un milagro.

El proceso de adaptación no es inmediato. Los pacientes deben pasar meses entrenando al cerebro para interpretar esas nuevas señales visuales. Aprenden, poco a poco, a reconocer objetos, formas, letras. A volver a ver.

Casos reales que emocionan

Sheila Irvine, una mujer de 70 años que vivía en oscuridad total desde hacía más de tres décadas, describe su experiencia como “volver a vivir”. Después del implante, ha logrado leer libros, resolver crucigramas y ver el mundo con nuevos ojos —literalmente—. Durante años, su visión era como “tener dos discos negros en cada ojo”. Hoy, la luz ha vuelto a filtrarse por esa oscuridad.

¿Y ahora qué sigue?

Aunque este microchip aún no ha sido aprobado para un uso más allá de los ensayos clínicos, el entusiasmo entre la comunidad médica es palpable. El oftalmólogo Mahi Muqit, encargado del procedimiento, lo define como una “tecnología pionera que cambia la vida”. Asegura que es el primer implante que ofrece una visión significativa y útil para la vida diaria, permitiendo incluso leer y escribir.

Se espera que, en unos pocos años, esta tecnología pueda estar disponible a nivel comercial. Y cuando eso ocurra, el impacto será global: millones de personas con pérdida severa de visión podrían volver a mirar el mundo.