Escrito por: Luisa Rangel, Fotografía: Yorch Sans, Maquillaje y Peinado: Gio Moros
Cuando Rina Camargo llegó a Estados Unidos desde Venezuela, no solo dejó atrás su país natal, también se despidió de una identidad profesional forjada en la docencia. Había sido educadora, acostumbrada a dar clases, formar estudiantes y guiar procesos de aprendizaje. Emigrar significó un proceso de duelo, de reinvención y de valentía. Sin embargo, lo que parecía un final terminó convirtiéndose en el inicio de una misión aún mayor: seguir enseñando, esta vez en un terreno inesperado, el de los seguros.

“Entendí que enseñar no es exclusivo de un salón de clases, sino una vocación que se puede trasladar a cualquier escenario”, recuerda. Para ella, la creación de Latinpro Insurance no fue solo un proyecto empresarial, sino la oportunidad de transformar la incertidumbre de la comunidad hispana en conocimiento y confianza. Su propósito quedó claro desde el principio: que ningún cliente saliera con una póliza sin antes comprender cómo usarla y qué significaba para su vida y la de su familia.
La pedagogía se convirtió en su herramienta más poderosa. Escuchar primero, observar las necesidades particulares de cada persona y traducir conceptos técnicos a un lenguaje cercano es, en esencia, lo que hoy sigue haciendo. “Como maestra aprendí que cada alumno aprende distinto, y con los clientes pasa lo mismo. Mi meta es que cada persona salga de la oficina no solo con un contrato, sino con la seguridad de que sabe cómo protegerse”.
El camino, sin embargo, no fue sencillo. Enfrentó barreras propias de ser migrante, desde desconocer un sistema nuevo hasta enfrentarse a prejuicios en una industria donde, como ella misma reconoce, “a veces se subestima la voz femenina”. Romper esas limitaciones le costó preparación, disciplina y la convicción de que el conocimiento y la fe siempre abren puertas.
En Rina hay una constante que atraviesa todas sus decisiones: la fidelidad a sus valores. La honestidad y la dignidad son, asegura, innegociables. Prefiere perder una venta antes que prometer algo que no se cumplirá. Y es esa integridad lo que ha permitido que Latinpro Insurance se gane un lugar en el corazón de miles de familias hispanas.

Su estilo de liderazgo está marcado por sus raíces venezolanas, por esa costumbre de tender la mano al vecino y compartir incluso en tiempos de escasez. En la empresa que dirige junto a su esposo, fomenta la solidaridad no como discurso, sino como práctica diaria: escuchar a todos por igual, celebrar logros en conjunto y estar presentes en los momentos difíciles. “En Venezuela crecimos con la costumbre de compartir lo poco o lo mucho que tenemos. Esa solidaridad me acompaña aquí, y la aplico en cada decisión que tomó como líder”.
Los recuerdos personales también guían su propósito. Evoca con emoción las reuniones familiares alrededor de la mesa, ese espacio donde se reafirma que todo esfuerzo se hace para proteger y disfrutar a los seres queridos. Y es precisamente eso lo que busca replicar con cada cliente: que las familias latinas tengan la tranquilidad de disfrutar juntas sin la sombra de la incertidumbre.
Uno de los momentos más emotivos de su carrera lo vivió con una madre soltera que, desesperada, llegó sin saber cómo atender la salud de sus hijos. Rina la orientó, le consiguió cobertura y recibió a cambio un abrazo que resumía gratitud, alivio y esperanza. “Ese día entendí que ese era el verdadero sentido de nuestro trabajo. Esa emoción no se olvida”, confiesa.
Para Rina, su herencia hispana es su superpoder. La empatía y la capacidad de enfrentar la adversidad con resiliencia, sin perder la sonrisa, son cualidades que define como la fuerza silenciosa que ha marcado su vida como mujer, migrante y empresaria. “Las mujeres latinas sabemos enfrentar la adversidad con creatividad. Esa fuerza, que viene de nuestras raíces, me ha permitido avanzar incluso en los momentos más difíciles”.
Hoy, cuando habla a otras mujeres latinas que sueñan con emprender, pero sienten miedo, lo hace con la autoridad de quien ha cruzado esas fronteras invisibles. “El miedo siempre va a estar, pero no puede ser más grande que tus sueños. Prepárense, busquen apoyo y confíen en sí mismas. Una mujer con fe y determinación es capaz de abrir caminos donde parecía no haber salida”.
Construir un legado, asegura, no significa acumular cifras o abrir oficinas, sino sembrar para que otros puedan recoger mañana. Su visión trasciende la empresa y se enfoca en la huella que deja en las familias, en los agentes que forman parte de Latinpro Insurance y en las nuevas generaciones de líderes hispanos. “Ese es el legado que más me importa”, afirma.
Con la serenidad de una educadora y la determinación de una mujer inmigrante que supo reinventarse, Rina Camargo encarna la fuerza femenina de la herencia hispana: una herencia hecha de empatía, solidaridad y fe. Su historia es un recordatorio de que el verdadero liderazgo no se impone, se enseña; No se mide en cifras, sino en la tranquilidad y la confianza que brinda a las familias cada día.