Las fiestas de fin de año llegan cargadas de emociones. Para muchos, son una época de celebración, pero también es común sentir nostalgia, estrés o incluso depresión. Thanksgiving, el punto de partida de esta temporada, puede ser un buen momento para reflexionar y priorizar tu bienestar emocional. Aquí te damos algunos consejos para enfrentar estos días con más calma y autocuidado.

Reconoce lo que sientes y deja de juzgarte
No siempre se trata de estar feliz todo el tiempo. Si sientes tristeza o te abruman las expectativas, es completamente válido. Tal vez recuerdes a alguien que ya no está o simplemente te sientas agotado. Date permiso para sentir lo que sea que estés atravesando. Si te parece difícil manejarlo solo, buscar ayuda profesional no es un signo de debilidad, sino de valentía.
Practica la gratitud, pero sin presiones
Sí, se habla mucho de agradecer en Thanksgiving, pero no tiene que ser algo elaborado ni forzado. A veces basta con notar las pequeñas cosas que funcionan en tu día: un café por la mañana, una llamada inesperada o simplemente haber tenido un rato tranquilo para ti. Un diario de gratitud puede ser una herramienta sencilla pero poderosa.

Aprende a decir “no” sin culpa
Las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden ser agotadores, sobre todo si hay temas incómodos o tensiones de años pasados. Establece límites con cariño, como decir: “Prefiero no hablar de eso ahora” o “Hoy quiero disfrutar, no debatir”. Priorizar tu paz no significa que seas egoísta.
Cuida tu cuerpo, porque afecta a tu mente
Aunque parezca un cliché, lo que haces con tu cuerpo influye directamente en cómo te sientes. Intenta mantener hábitos básicos:
- Come de forma equilibrada (¡y sí, disfruta el postre, pero sin excesos!).
- Duerme lo suficiente, porque el descanso regula tu estado de ánimo.
- Mantente activo; no tiene que ser un entrenamiento intenso, una caminata al aire libre también cuenta.

Haz cosas que te hagan bien
En medio del caos, dedica tiempo a lo que realmente disfrutas. Tal vez es escuchar música, pintar, cocinar algo especial o simplemente ver tu serie favorita. Estos momentos son más importantes de lo que parecen, porque recargan tu energía emocional.
Rodéate de personas que te aporten tranquilidad
No siempre se trata de la familia; a veces, los amigos o incluso actividades comunitarias pueden ser más reconfortantes. En Miami, por ejemplo, hay muchas opciones para conectar con otros: desde voluntariados hasta eventos locales. No te aísles, pero tampoco te sientas obligado a participar en todo.
Aprovecha la tecnología, pero con moderación
Si no puedes estar con tus seres queridos en persona, una videollamada puede marcar la diferencia. Además, hay aplicaciones como Calm o Headspace que ofrecen ejercicios de relajación y meditación para momentos de estrés. Eso sí, evita saturarte con redes sociales, ya que suelen crear expectativas poco realistas de cómo “deberían” ser las fiestas.

Planea el próximo año con intención
En lugar de imponerte metas enormes para el Año Nuevo, reflexiona sobre lo que realmente te importa. ¿Qué te gustaría hacer más? ¿Qué relaciones quieres fortalecer? Tener objetivos pequeños y alcanzables puede darte motivación y un sentido de propósito.