Blancanieves: entre el remake, la polémica y una protagonista en el ojo del huracán

La nueva versión en acción real de Blancanieves, dirigida por Marc Webb y protagonizada por Rachel Zegler y Gal Gadot, llegó a los cines el 21 de marzo de 2025 con la promesa de darle un giro moderno al clásico de Disney de 1937. Sin embargo, lo que se esperaba fuera un éxito seguro, terminó convirtiéndose en una de las producciones más controversiales de la compañía.

Foto: @Rachelzegler

Desde mucho antes de su estreno, Blancanieves ya estaba en el centro de la conversación pública, no solo por la historia renovada o los efectos visuales, sino por el nombre que encabezaba el reparto: Rachel Zegler. La joven actriz de ascendencia colombiana, conocida por su papel en West Side Story, fue duramente criticada desde el anuncio de su fichaje. Un sector del público consideró que su apariencia no encajaba con la imagen tradicional del personaje, descrita como de “piel blanca como la nieve”, generando un debate sobre diversidad, representación y fidelidad a las historias originales.

Pero eso no fue todo. Zegler también enfrentó una ola de críticas luego de que, en entrevistas previas al estreno, compartiera su opinión sobre la versión original de la película. Declaraciones como “el Príncipe la acosa literalmente” o “Blancanieves no necesita a un hombre para ser feliz” causaron polémica entre fans conservadores del clásico animado, que la acusaron de despreciar la historia que le dio vida a su personaje. A pesar de que Rachel intentó aclarar sus palabras y moderar su postura en entrevistas posteriores, el daño mediático ya estaba hecho.

A esto se sumó la tensión geopolítica entre las protagonistas. Rachel Zegler ha expresado en redes su simpatía por la causa palestina, mientras que Gal Gadot, actriz israelí y exsoldado, ha mostrado su respaldo a Israel en el conflicto de Gaza. Esta diferencia de posturas generó llamados al boicot desde ambos lados del espectro político, llevando el debate sobre la película mucho más allá del cine.

En cuanto a resultados, Blancanieves no cumplió con las expectativas de taquilla. En su primer fin de semana, recaudó apenas $87 millones a nivel global, una cifra baja considerando su presupuesto estimado de $250 millones. Las críticas tampoco fueron alentadoras. En Rotten Tomatoes, la película mantiene una calificación del 43%, con comentarios mixtos que elogian las actuaciones individuales pero critican la narrativa y la dirección creativa de la nueva versión.

Algunos medios han calificado el filme como “un intento fallido de modernizar sin conectar” o incluso como “el mayor tropiezo de Disney en sus live-actions”. Otros, sin embargo, rescatan el esfuerzo de llevar el cuento hacia una perspectiva más empoderadora, actualizando ciertos elementos que ya no encajan con las sensibilidades del siglo XXI.

Lo cierto es que Blancanieves no ha pasado desapercibida. Entre debates sobre diversidad, libertad de expresión, feminismo, redes sociales y polarización política, esta versión se ha convertido en mucho más que un simple remake. Y aunque los números y la crítica no estén a su favor, ha abierto una conversación global sobre cómo reimaginar los clásicos… y qué tanto está el público dispuesto a aceptarlo.