
Miami Beach cuenta con una nueva joya gastronómica. Se trata del restaurante Oro, que se convierte en un punto obligado de visita en la playa.
La ciudad de Miami Beach es reconocida internacionalmente por sus múltiples ofertas gastronómicas exclusivas, pero son poco los lugares que logran convertirse en un paso obligado para todos aquellos que desean vivir una experiencia completa al visitar South Beach. Así como se han convertido en hitos urbanos sitios como Española Way, Ocean Drive o la casa Villa Casuarina del reconocido difunto diseñador italiano, Gianni Versace, hoy ORO promete convertirse en una de las experiencias de lujo y upscale dining en nuestra ciudad.

La experiencia inicia al entrar al lugar, dónde el visitante se encontrará con un elegante recibidor cubierto de un techo de cristal con pequeñas luminarias doradas incrustadas, que te recordarán a un cielo estrellado, y unas escaleras doradas que te llevarán al salón principal en el segundo piso. El restaurante cuenta con dos bares completos, uno en la entrada frente a la cocina abierta y otro en el balcón exterior. La temática no pasa desapercibida, el color dorado es el protagonista, todas las expresiones del lugar nos hablan de sofisticación y elegancia.

Durante mi visita me ubicaron en el área del balcón, dónde podía sentir cierto contacto con la concurrida y conocida calle peatonal Lincoln Road dónde está localizado el restaurante. El clima era perfecto para disfrutar de esta locación, que además es complementada con múltiples jardines que ayudan a generar un mayor contacto con la naturaleza exterior.
Todos los demás comensales vestían de forma elegante generando un ambiente de celebración en el lugar. Nos atendió un muy simpático mesero llamado Lucas, quien nos introdujo la visión del Chef Víctor Muñoz. Nos comentó como Víctor transformó sus viajes al rededor del mundo y los plasmó en el menú de Oro, convirtiéndolo por completo en una experiencia ‘Avant-Garde’ inspirada en la gastronomía tradicional de múltiples rincones del globo.
Las recomendaciones de Lucas dieron en el punto, iniciamos con los Uni Beignets, unas frituras de origen francés que explotan en la boca. Estas vienen rellenas de caviar kaluga, rábano picante y jamón ibérico. Para mí, éste fue el platillo más espectacular de la noche por su sabor y la experiencia al explotar en tu boca. Cabe mencionar que no es nada picante. También probamos las Wagyu Tar, unas arepas de maíz azul con topping de quince y salsa criolla. El Tom Kha Crudo, es la interpretación de un ceviche fue otro de los highlights de la noche; hamachi fresco acompañado de kombu, wasabi, caviar y “finger limes”. Con ese último completamos la selección de entradas, o como está catalogado en el menú, las “Euphoria”.

Para el plato fuerte el menú se divide en aqua, terra y harvest. Optamos por probar el Lobster Shawarma, un platillo con una exquisita presentación que deslumbrara en sabor y concepto a cualquier amante de la comida de mar. Además, probamos el Wagyu-x Farms Short Rib, unas exquisitas costillas que se derriten en el paladar, acompañadas de puré con tonos sutiles de apio, unas rebanadas de rábano y unas uvas concord asadas con un sabor increíble.
Finalmente, disfrutamos de los postres. Primero, un Mil Chocolate Tart con sabores muy balanceados, perfecto para los amantes de los postres de chocolate que no sean extremadamente dulces. Pero mi favorito, sin duda, fue el Coconut Banoffee, un postre sumamente equilibrado, dónde el protagonista es el ganache de coco, complementado con banana bread y chocolate blanco.
Por supuesto, no puedo dejar de mencionar que para el área de la coctelería podríamos hacer una visita exclusiva, ya que cuentan con un amplio menú. Los dos cocteles que pudimos degustar nos dejaron con la boca abierta. El Adam’s Apple, un coctel dulce y refrescante que se convierte en una bomba de manzana en el paladar. Es preparado con Truman Vodka, Massenez Pomme Vert, Noilly Pratt Dry Vermouth, Lusrau Fino Sherry, Skins Mastiha y cordial de manzana verde. Mi favorito fue el coctel Ambrosia. Aromático, con mucha textura y una presentación sofisticada. Un coctel a base de Truman Vida, Signan 63, Italicus, lychee, guayaba, almendra, y nitro.

Estoy seguro que, después de conocer un poco de esta experiencia, querrán por ustedes mismos vivir una visita a Oro. Un lugar que, sin duda, se convertirá en un paso obligado en la ciudad de Miami.
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