Daniela Ospina“La felicidad es una decisión diaria”

Escrito por: Luisa Rangel Fotografía: Yorch Sans Maquillaje y Peinado: Emilio Uribe Estilismo: Emilio Uribe & Saks Locación: Hotel AKA Brickell

Desde las canchas de voleibol hasta su nueva vida en Miami, Daniela Ospina ha recorrido un camino marcado por decisiones difíciles, cambios profundos y una determinación constante por salir adelante. Su llegada a esta ciudad no fue planeada, pero sí necesaria. En medio de una etapa personal compleja, eligió empezar de nuevo, esta vez como madre, empresaria. En esta edición, Daniela comparte, sin filtros, lo que ha significado reconstruirse desde lo personal y lo profesional, sosteniéndose en lo que siempre la ha definido: la disciplina, la fe y la capacidad de seguir, incluso cuando no todo está claro.

¿Cómo fue tu niñez y qué soñaba la pequeña Daniela?

Mi niñez fue muy hermosa: llena de valores, cercanía familiar y disciplina deportiva. Mis padres inculcaron el deporte como parte esencial y fomentaron altas expectativas. Desde niña mi sueño fue crecer en ese entorno competitivo, y el voleibol se convirtió en mi motor.


¿Cuándo y cómo llegaste a Miami? ¿Qué significó para ti esta ciudad?

Llegué en 2019, tras casi ocho años en Europa y una etapa de transición personal tras volver a Colombia. A comienzos de ese año, decidí mudarme con mi hija; fue una decisión cargada de
emoción porque justo ese marzo mi papá fue diagnosticado con cáncer y falleció poco después. Su partida me dio la fuerza para avanzar. Así nació un nuevo propósito: mirar hacia adelante, abrir un nuevo capítulo en Miami. Hoy, seis años después, esta ciudad me ha traído grandes aprendizajes, retos y bendiciones.


Cuéntanos sobre tu marca DanFive y cómo el deporte influyó en su creación

Aunque estudié administración de empresas, nunca fui diseñadora. Vivir en Europa despertó en mí una fascinación por la moda. Así nació DanFive: una marca disfrutable, profesional, con equipo comprometido. Mi formación deportiva me enseñó disciplina y estructura, que trasladé al mundo del diseño. Quise crear algo con alma, sin perder los valores que me definieron como deportista.


¿Qué ha significado para ti construir y posicionar Danfive desde Miami, y en qué punto sientes que está hoy la marca?

Consolidar DanFive en Miami no ha sido fácil. Ser una figura pública no garantiza que un proyecto funcione; hay que contar una historia que conecte, diferenciar el producto y sostener todo con estrategia, paciencia y mucho trabajo. En Estados Unidos la competencia es enorme y exige una visión muy clara. Aun así, siento que estoy muy cerca de llevarla a una etapa de internacionalización real. Quiero que se conozca más lo que hay detrás: la calidad de las telas, la mano de obra colombiana, el cuidado en cada prenda, algo auténtico y con propósito.

¿Cómo definirías a tu comunidad y la manera en que transmites tu mensaje?

Intento ser muy genuina, mostrarme tal como soy: con errores, aciertos, dudas y aprendizajes. No busco ser perfecta, sólo auténtica. Recibo muchos mensajes de mujeres que dicen: “gracias a ti pude atreverme”, y eso para mí lo es todo. Puede que lleguen miles, pero si un mensaje toca el corazón de una sola persona, ya cumplí mi propósito.

¿Cómo proteges esa energía auténtica frente a las expectativas externas y críticas?

Aprendí a empatizar con quien critica: a veces están atravesando momentos difíciles. Ya no me enoja lo que dicen, solo me pregunto por qué lo han dicho. Atiendo solo lo que me aporta positivamente o lo que puedo dialogar con respeto. Cuando se cruza la línea de lo ofensivo, bloqueo sin dudar. Aun así, busco entender y mantener mi centro sin permitirme desconectarme de mi paz.


¿Dónde encuentras en Miami ese espacio de conexión contigo misma?

Mi hogar es mi santuario; pero el gimnasio es donde realmente reconecto conmigo misma. Hacer ejercicio es drenaje, autocuidado y claridad mental. Siempre lo hago por las mañanas: es como inicio del día con fortaleza y actitud consciente.


¿Cómo vives tu papel de madre, especialmente ahora que tienes dos hijos?

Ser mamá es lo más emocionante que me ha pasado. Con Salomé en etapa de adolescencia enfrentamos nuevas dinámicas, pero también aprendemos. Lorenzo, es puro corazón y magia. Cada palabra, cada instante, es único. Vivir esta etapa nos ha fortalecido como pareja. Junto a Gabriel: hemos construido una nueva casa, con paciencia, amor y visión compartida.


¿Cómo construyes hoy la felicidad y el futuro?

Aprendí a vivir un día a la vez. Antes lo planeaba todo, pero ahora dejo que las cosas fluyan y confío en los tiempos. Sigo teniendo sueños, pero mi enfoque está en el presente, con gratitud e intención. Para mí, la felicidad es una elección diaria. No se trata de ignorar los retos, sino de
elegir la apertura, incluso en medio de la tormenta. Esa decisión es la que me mantiene firme, en movimiento y fiel a quien soy.