Al Maulini y el lujo de lo esencial: el valor de hacer las cosas bien

Escrito por: Luisa Rangel

Cuando pensamos en asesores financieros, nuestra imagen es que suelen esconderse detrás de puertas cerradas en rascacielos de vidrio, Al Maulini decidió caminar en sentido contrario logrando algo extraordinario: diferenciarse desde la autenticidad. Fundador de su propia organización independiente afiliada a Raymond James, Maulini no solo maneja carteras millonarias, sino que ha convertido su pasión por las finanzas en un vehículo de impacto comunitario y protección a los más vulnerables, desde animales rescatados hasta niños en situación de riesgo. Su historia es, ante todo, una historia de disciplina, valores familiares, y una visión clara: trabajar con ética, corazón y propósito.

Fotografía: Erick Quituizaca  Grooming: Ube Beauty Salon by Emilio Uribe

¿De dónde eres originario y cómo empezó tu historia en EE. UU.?

Nací en Cuba en 1961. Llegué a EE. UU. a los cuatro años, en 1965, con mi familia como refugiados. Nos mudamos primero a Michigan, a una ciudad tan fría como su nombre: Coldwater. Mis padres eran incansables. Mi padre trabajaba 80 horas semanales en una fundición de acero y, en poco tiempo, compró nuestra primera casa. Él mismo la remodeló. Fue un ejemplo de fuerza, ética y dedicación que marcó mi vida.

¿Cómo influyó esa infancia en tu visión del trabajo y los negocios?

Muchísimo. Aprendí que el trabajo duro no es opcional, es el camino. Mi papá era mi ejemplo: fuerte, determinado y con una visión clara sobre la importancia de hacer las cosas bien. También me inculcaron que el dinero que no se gana por la vía correcta, no sirve. Eso se quedó conmigo para siempre.

¿Y cuándo empezaste a ver tu futuro en el mundo financiero?

Desde joven sentí que terminaría en algún tipo de negocio, aunque al principio lo mío eran los deportes. Trabajé en UPS, donde aprendí mucho sobre liderazgo, pero el interés por los mercados me atrapó. En 1984, comencé como asistente en el mundo del trading, y un año después ya estaba operando. A los 28 años, incluso hice radio financiera con mi propia voz, lo que me llevó a nuevas oportunidades.

Pasaste por grandes firmas como Citicorp, Wachovia, HSBC y Morgan Stanley, ¿Qué aprendiste ahí?

Que, si bien el respaldo de una gran firma es valioso, la independencia tiene otro sabor. Me formé como portfolio manager en Columbia University, hablo español y portugués, trabajé con clientes en Brasil, Venezuela, México y Europa. En 2021 decidí que era momento de tener mi propia organización. Compré un local en Coral Gables y abrí mi oficina: mi negocio, mi equipo, mi filosofía.

¿Qué diferencia tu organización de otras en Miami?

Todo. Desde la ubicación: estamos a pie de calle, no en un edificio corporativo. La energía es distinta. El branding, los seminarios con catas de vino, el trato humano. Pero lo más importante es que nosotros mismos manejamos las carteras de inversión. No somos intermediarios; somos el producto. Eso genera una transparencia y profundidad que muy pocos ofrecen.

Fotografía: Erick Quituizaca  Grooming: Ube Beauty Salon by Emilio Uribe

¿Cómo ha transformado tu trabajo el uso de inteligencia artificial?

Ha sido revolucionario. La IA me permite estudiar los mercados más rápido y eficientemente. Utilizo un sistema con mi propia voz que me lee análisis mientras manejo. Estudio desde las 5:00 a.m. y gracias a la IA, lo que antes tomaba horas, ahora lo hago en minutos. Es una herramienta poderosa, pero hay que seguir educándose constantemente para sacarle provecho.

También tienes un fuerte compromiso filantrópico. ¿Por qué es importante para ti?

Porque crecí con ese ejemplo. Fundé mi propia iniciativa, Protecting the Innocent, para apoyar causas que me conmueven: animales, bebés, mujeres embarazadas sin apoyo, personas mayores. En mis seminarios siempre invito a una fundación para que hable. Parte de mi oficina es también una plataforma de ayuda.

¿Cómo defines el éxito hoy?

Antes, el éxito podía ser reconocimiento o dinero. Hoy, para mí, es ser todo lo que uno puede ser, en lo profesional y lo personal. Es vivir con propósito, ayudar a otros, dejar un legado.

¿Qué te hace diferente como asesor y como ser humano?

La transparencia, la disciplina y la empatía. La gente no solo encuentra un asesor financiero aquí. Encuentra una familia. Yo conozco a mis clientes, ellos vienen a mi casa, yo voy a la suya. Tengo clientes que también son asesores financieros a los que entreno. Estoy convencido de que el conocimiento no se guarda, se comparte.

¿Qué le dirías al joven que comenzó en UPS?

Le diría: lo lograste, pero sigue soñando. Porque tener visión sin disciplina no sirve. Y si algo me ha enseñado la vida es que el trabajo honesto, con propósito, siempre te lleva a buen puerto.