Ana Luisa Yanes comparte sus diseños con el mundo

Dentro del mundo del mercadeo y de la venta de productos, hay una especialidad a la que no se le da importancia que es la del diseño de empaques que, sin embargo, es lo que ayuda a vender el producto con mayor velocidad. La coherencia que existe entre el producto y su envoltorio siempre es muy importante y diseñadoras como Ana Luisa Yanes saben que esto es así.

Sus comienzos en el diseño de empaques

Ana, oriunda de Caracas, Venezuela, siempre se vio inclinada hacia el diseño. Desde que era una niña hasta su adolescencia, sintió que el diseño de modas, de interiores y el industrial marcaron un camino en su vida. Pero fue al momento de conocer a una diseñadora de empaques cuando se sintió totalmente identificada y encontró su vocación. “Me gustó mucho la idea de que además de tener un sentido artístico y creativo, tenía también un poco de psicología del consumidor y un propósito funcional”, cuenta.

Ana siente que el mundo del diseño es esencial ya que se engloba mucho más que el envase y que pocas personas prestan atención al envoltorio o paquete que tienen en su casa. “Desde el envase de sus perfumes hasta el de la leche son importantes”, asegura. “Cada uno de ellos tiene un propósito único de conectar al consumidor con el producto y con la historia de la marca para crear una lealtad a nivel inconsciente y que es transmitida a través de lo visual”.

Ana trabajó con marcas de renombre tales como Southern Telecom, Polaroid, Brookstone y Mahly. Actualmente forma parte de la firma Jon Michael Design que, junto con otras cinco diseñadoras, realiza el packaging de marcas de moda como Balenciaga, Perry Ellis, Vera Wang, Marc Jacobs, Calvin Klein y Kenneth Cole además de prestar servicio para los productos de estrellas como Jennifer López, Sarah Jessica Parker y Gwen Stefani.

Para ella, diseñar un empaque es mucho más que idear una caja “la mayoría de los productos, sobretodo en el área de belleza y perfumes en el que yo trabajo, los empaques conllevan un componente primario, el que guarda el producto, como la botella del perfume, y uno secundario, como la caja que contiene el primario. Es súper importante que el empaque primario sea algo bonito, algo que quieras exponer, muchos perfumes, botellas de licores, jabones, y hasta aceites de oliva, para dar algunos ejemplos, conviven en nuestro campo visual todos los días”, nos cuenta.

Ana piensa que el empaque tiene un papel muy importante al momento de la compra del producto, pues busca comunicar al comprador mucho más de lo que, quizá, diría el envase sin packaging. “El empaque tiene que poder lograr llamar la atención entre un mar de otros empaques, y en los pocos segundos en los que tiene tu atención, tiene que comunicar suficiente como para convencerte a llevártelo contigo. El diseño de un empaque la mayoría de las veces viene atado de diseño de la marca en general, y si no una expansión de ella. Como diseñadores de empaques manejamos todo lo que engloba la parte visual del “branding” también, que es todo aquello que hace a la marca ser quien es y diferenciarla entre millones de competidores.”

Ana, es una experta en el área tiene habilidades extraordinarias en ello. Se especializó en Nueva York, precisamente en el FIT y cuenta que estudiar allí fue una gran experiencia “Es una universidad muy pequeña y creativa, con mucho para ofrecer. Todos los profesores son diseñadores a su vez y con mucha experiencia, lo cual ayuda mucho en el momento de poner los diseños conceptuales a producción y a conocer y familiarizarse con las mejores compañías y clientes del área”. Tuvo el honor de ser elegida junto con otros 24 estudiantes y ser una de las egresadas. Al ser la única latina, para ella fue algo muy especial. “Todos nos conocemos y en el área profesional trabajamos muchas veces con gente con la que estudié, y hasta a veces colaboramos con otras agencias para proyectos grandes, lo que da la oportunidad para siempre seguir creciendo e innovando en el área”. El haber estudiado en Nueva York hizo que pudiera entrar en contacto con los dueños de las compañías más exitosas y prestigiosas del mundo.

Nueva York le ofreció una gran variedad cultural para “explorar en distintos mercados y bodegas qué hay de distintos países. Cuando eres un diseñador de empaques, desde un mercado hasta una tienda de perros es un museo para ganar inspiración y motivación”, asegura. Tiene la idea que una sociedad ecléctica como la neoyorquina siempre es cuna de inspiración para cualquier tipo de diseño. Además, está convencida de que ser latinoamericana, venezolana para ser más precisos, le permitió traer una perspectiva diferente en muchos proyectos dándole una mirada más latinoamericana. “El haber crecido en Venezuela, pero llevar 6 años viviendo en New York, me ha permitido tener una visión bi-cultural y única comparada con el diseñador común estadounidense”, nos cuenta.

De acuerdo a sus propias palabras, un buen envoltorio debe ser práctico y contar con la ergonomía necesaria para ser cómodo y maniobrable, “una extensión de tu marca, que permite reconocer la identidad gráfica y además colabora con la experiencia de compra. También se refleja la calidad del producto y las emociones del cliente, más allá de cumplir la función básica de ser lo que contiene al producto en sí”, afirma.

La sustentabilidad al servicio del packaging

 

 
 
 
 
 
View this post on Instagram
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

A post shared by Ana Yanes (@alya_designspace)

 

Ana está convencida que es necesario que sus creaciones y diseños sean lo más sustentable posible. Sin embargo, afirma que “es muy difícil, para no decir imposible, que un empaque sea 100% sustentable, pero hay muchas maneras en las que se puede tratar este problema. En los últimos años, muchísimas compañías de producción de materiales se han encargado de la investigación, estudio y creación de materiales biodegradables y reciclables, hoy en día, casi todos los materiales se pueden reciclar si son colocados en los lugares correctos”. Lamentablemente, Yanes cree que una gran parte de la falta de sustentabilidad recae en el mismo usuario que evita el trabajo de reciclar el envase y simplemente lo tira a la basura. “Un ejemplo, es el empaque de unos probióticos en botella de aluminio que diseñe, las cuales pueden ser rellenadas o devueltas en cualquiera de sus tiendas por un crédito o porcentaje de descuento del producto, así llevando al cliente a devolver la botella o reusarlas, lo que le da a la compañía, como consecuencia, la motivación y sustento económico de invertir en materiales como el aluminio, que es más costoso, pero más sustentable. La idea es poco a poco introducir este tipo de estrategias para que mientras seguimos desarrollando y utilizando materiales más sustentables, estos puedan cumplir su propósito con la ayuda de los consumidores”, nos cuenta.

Ana Luisa Yanes está convencida que la idea de cada marca es crear un diseño que sea reconocible por sobre los demás y que, al verlo en la calle, sea algo que se reconozca a simple vista. Para ello, asegura que se debe poner atención en cada color, tipografía, tamaño y material para lograr hacer algo reconocible.

Sus sueños y deseos para el futuro

Yanes acaba de ganar el premio Mara de Oro como especialista destacada en el diseño de empaques para marcas y productos y tiene muy en claro qué es lo que quiere para su futuro “La idea que ha crecido mucho en los últimos años de tratarse a uno mismo con pequeños detalles y cosas especiales, es lo que representa mejor el área en el que trabajo y en el que me gustaría seguir creciendo”, nos cuenta. Tiene pensado trabajar con botellas de perfumes y de licores, pero lo más importante que desea es “tener en un futuro mi propia agencia de diseño, donde pueda ofrecer al cliente no solo un diseño de empaques, sino también un manejo de marca y desarrollo de ideas en totalidad usando el diseño como herramienta para crear soluciones y brindar experiencias únicas”.