Escrito por Luisa Rangel
Kevin Marino Cabrera, comisionado del Distrito Seis de Miami-Dade, representa una de las áreas más icónicas y diversas del condado, que abarca ciudades como Miami, Hialeah, Coral Gables, Miami Springs, y otros vecindarios clave. Su rol como vicepresidente del Consorcio de Comercio Internacional y del Comité de Seguridad Comunitaria, junto con su participación en varias comisiones estratégicas, refleja su compromiso con el bienestar y desarrollo de su comunidad.
Cabrera comparte cómo su experiencia, desde liderar la campaña de reelección de Donald J. Trump en Florida hasta servir como concejal en West Kendall, lo ha preparado para enfrentar los desafíos de una ciudad multicultural como Miami. Como hijo de exiliados cubanos y graduado cum laude de Florida International University, Cabrera entiende que el gobierno más cercano a la gente es el que mejor los representa. A lo largo de nuestra conversación, exploramos como busca conectar a las diversas culturas del distrito, las prioridades de su gestión, y como su enfoque inclusivo está impulsando el crecimiento de la comunidad.
Comisionado, para comenzar, ¿podría explicarnos cuáles son las principales labores de un comisionado, para que nuestra audiencia entienda mejor el impacto que tienen en su vida diaria?
Claro, muchas veces se dice que el gobierno local es el que realmente afecta la vida de las personas de manera inmediata. Tomamos decisiones sobre impuestos, recogida de basura, suministro de agua, transporte y seguridad en los vecindarios. Estas decisiones tienen un impacto inmediato en la vida diaria de los ciudadanos.
Sabemos que proviene de una familia de exiliados cubanos. ¿Cómo ha influido su historia familiar en su servicio a la comunidad?
Sí, mis padres vinieron de Cuba en 1970 y tuvieron que pasar por Costa Rica antes de llegar aquí. En casa no se hablaba inglés, así que no lo aprendí hasta segundo o tercer grado. Crecer en esta comunidad, con las experiencias de mis padres, me inculcó el deseo de servir. Hay una historia de mi infancia, desde pequeño, cuando iba al supermercado con mi mamá, me vestía con un traje y llevaba un maletín porque siempre soñé con ser presidente de los Estados Unidos.
¿Todavía mantiene esa aspiración?
(Ríe) Bueno, no voy al mercado en traje ahora. Pero sí, pienso que es importante mantener el enfoque en lo que uno hace, y nuestro trabajo principal sigue siendo servir a la comunidad. Siempre nos esforzamos por garantizar que cuando alguien llame a nuestra oficina, reciba el mejor servicio posible.
¿Qué es lo que más disfruta de estar en contacto con la comunidad?
Lo que más me gusta es estar en la calle, hablando con la gente, escuchando sus preocupaciones y problemas. Me encanta poder ayudar de manera inmediata. Si alguien tiene un problema con la basura o necesita asistencia con permisos, estamos aquí para tratar de resolverlo. Esa conexión directa con la gente es lo que me impulsa a seguir trabajando en el gobierno local, porque puedes ver el impacto inmediato que tienes.
¿Cuál ha sido uno de los mayores retos que ha enfrentado como comisionado?
Uno de los desafíos más grandes ha sido intentar reducir los impuestos. Llevo dos años consecutivos intentando que el pueblo pague menos o por lo menos lo mismo que el año anterior. Yo pienso que la gente, y no el gobierno, sabe mejor cómo gastar su propio dinero. Hay quienes tienen que trabajar dos o tres empleos para salir adelante, y pienso que necesitamos tener en cuenta esas realidades. Aunque no hemos logrado reducir los impuestos, creo que es importante seguir luchando por ello y dar voz a quienes más lo necesitan.
Ha mencionado el equilibrio entre la vida personal y profesional. ¿Cómo maneja los momentos difíciles y cómo encuentra ese equilibrio?
Este trabajo es de 24/7. A veces tienes que detenerte, respirar y pensar con calma antes de tomar decisiones, porque afectan a muchas personas. También busco consejo de otros para ser reflexivo y pensar en las consecuencias a largo plazo.
¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha dado su rol como comisionado?
Sin duda, la mayor satisfacción es poder ayudar a la gente de inmediato. Por ejemplo, cuando alguien tiene una violación en su casa porque no ha podido pintarla o cortar el césped, hemos implementado programas para ayudar a estas personas. Usamos fondos del gobierno federal para otorgar ayudas que les permitan hacer mejoras en sus hogares, lo que no solo embellece nuestros vecindarios, sino que también les da a las personas la dignidad de seguir viviendo en sus casas sin preocuparse por perderlas debido a violaciones. Poder hacer la diferencia en la vida de las personas es lo que más me motiva.
En una ciudad tan multicultural como Miami, ¿cómo enfrenta usted el desafío de conectar con una comunidad tan diversa desde su posición de liderazgo?
Creo que uno de los aspectos más importantes es educar a las personas sobre cómo funcionan los sistemas de gobierno y las normas aquí. Miami es especial porque tiene personas de todo el mundo. Tenemos que aprender de lo bueno que cada uno trae de su país y aplicarlo aquí. La multiculturalidad enriquece nuestra ciudad y nos da la oportunidad de convivir y aprender.
¿Qué prioridades tiene en su cargo actualmente, y qué objetivos se ha propuesto para la ciudad?
Estamos trabajando en la ubicación del nuevo incinerador de basura, tras el incendio del anterior. Las decisiones no pueden basarse solo en dinero, sino también en la calidad de vida de quienes vivirán cerca. Además, estamos agilizando permisos y ofreciendo ayudas a pequeños negocios para invertir en nuestra comunidad. Además, estamos trabajando para que el gobierno sea más eficiente. Hemos implementado programas para agilizar los permisos, de manera que sea más fácil para las personas interactuar con el gobierno. También hemos lanzado programas de becas para pequeños negocios, porque creemos que la mejor inversión que podemos hacer es en nuestra comunidad, ayudando a las personas a hacer crecer sus negocios.
Desde su perspectiva, ¿cómo ve el panorama político actual y qué cree que falta en términos de unidad como comunidad?
No podemos olvidar nuestra humanidad. No importa qué partido eres, la persona con la que estás debatiendo es también una persona con sentimientos y debe ser tratada con dignidad. Es fundamental recordar que la persona con la que discutes no es tu enemiga, simplemente tiene una opinión diferente.
Para finalizar, ¿qué significa para usted el éxito?
El éxito es ver a nuestra comunidad florecer. Que las personas tengan más recursos para invertir, que nuestra infraestructura mejore y que el tráfico se reduzca. Si el pueblo es exitoso, nosotros también lo somos. Para mí, el éxito es colectivo; si nuestra comunidad prospera, eso es lo que realmente cuenta.