El New York Fashion Week (NYFW) de 2025 llegó este año con un panorama marcado por cambios profundos y ausencias notables. Este emblemático evento, que durante décadas ha sido un referente del diseño estadounidense, evidenció cómo la moda en Estados Unidos se encuentra en un momento de transición, adaptándose a nuevos escenarios y narrativas.

Ausencias notables: ¿Un NYFW incompleto?
Una de las conversaciones predominantes fue la ausencia de algunas marcas clave en el calendario de esta edición. Proenza Schouler, Area y Helmut Lang no participaron tras la salida de sus directores creativos, lo que dejó vacíos significativos en la alineación. Asimismo, pesos pesados como Tommy Hilfiger y Ralph Lauren decidieron no desfilar en Nueva York, optando por otros contextos internacionales.
En un movimiento similar, diseñadores como Willy Chavarria eligieron escenarios alternativos: su última colección fue presentada en la Semana de la Moda Masculina de París, mientras que Bode mostró su propuesta en Nueva Orleans durante el GQ Bowl, un evento que mezcla fútbol y moda. Estas decisiones reflejan un cambio en cómo las casas estadounidenses buscan nuevos contextos para narrar sus historias, lejos de las pasarelas tradicionales.
A pesar de estas ausencias, NYFW no careció de momentos impactantes. Diseñadores como Marc Jacobs y Christian Siriano llevaron dramatismo a sus colecciones. Jacobs presentó siluetas exageradas en un espectáculo fuera de calendario, reafirmando su estatus como uno de los nombres más disruptivos de la moda americana. Por su parte, Siriano apostó por vestidos inspirados en la automoción, llenos de brillo y detalles que remiten a las noches de club.



En contraste, la funcionalidad y la simplicidad también tuvieron su espacio. Eckhaus Latta destacó con una propuesta “anti-elitista”, que incluyó chaquetas de cuero, pantalones cargo y vestidos asimétricos, conectando con una audiencia más pragmática y joven.



El regreso de Calvin Klein
Uno de los momentos más esperados del NYFW 2025 fue el debut de Veronica Leoni al frente de Calvin Klein. Su llegada marcó la primera pasarela de la marca desde la salida de Raf Simons en 2018, devolviendo la atención a una de las casas más emblemáticas del diseño estadounidense.


Leoni, con un currículum que incluye trabajos en The Row, Celine y Moncler, trajo una visión que combinó el rigor estructurado con la sensualidad minimalista de los años 90, recuperando la esencia que hizo famosa a Calvin Klein. Su colección destacó por piezas como trajes de cortes impecables, abrigos voluminosos, jeans holgados y jerséis de lana ajustados. Esto se complementó con vestidos de seda drapeados y tonos románticos en rojo y rosa, logrando un balance entre lo contemporáneo y lo nostálgico.
Además, las raíces americanas de la marca fueron reimaginadas con detalles como botas cowboy, camisas a cuadros y la icónica camiseta blanca, esta vez reinterpretada para las nuevas generaciones. Según Leoni, su intención fue redefinir la feminidad y la masculinidad desde una óptica moderna, ofreciendo una propuesta fresca y accesible que dialoga con los valores actuales.