Squid Game 3: el final que divide a la audiencia global. ¿final brillante o decepcionante?

Con su estreno global el 27 de junio de 2025, la tercera temporada de Squid Game marcó no solo el final de una de las series más vistas en la historia de Netflix, sino también el inicio de uno de los debates más intensos del entretenimiento contemporáneo. Mientras los críticos aplauden su ambición visual y su ritmo narrativo tenso, la audiencia está partida: entre el aplauso y la decepción, entre el entusiasmo por un cierre espectacular y la frustración ante ciertos desenlaces abruptos.

Rotten Tomatoes refleja esta fractura. Un 82% de aprobación crítica convive con un marcador dividido entre los espectadores. La serie, conocida por su audacia y su crítica social, se despide con una temporada que privilegia la acción y la espectacularidad sobre el subtexto. Algunos ven en esto una evolución natural; otros, una pérdida de identidad.

Uno de los puntos más discutidos es el arco de Seong Gi-hun, quien enfrenta un último dilema moral que pone a prueba no solo su humanidad, sino el corazón mismo de la saga. Su decisión final —sacrificarse para salvar al bebé 222— ha sido calificada como valiente por unos y manipuladora por otros. La escena, cargada de emoción y tensión, encarna el tono de toda la temporada: intensa, impactante, pero también divisiva.

La aparición de Cheol-Su, el nuevo «muñeco» acompañante de Young-hee, y el regreso del enigmático Front Man contribuyen a un cierre cargado de símbolos y guiños que podrían expandirse en futuros spin-offs. Netflix, en un movimiento que no ha pasado desapercibido, insinúa la continuidad del universo Squid Game a través de la introducción de nuevos personajes, incluido un cameo de Cate Blanchett como reclutadora estadounidense.

Pero quizá el mayor debate no esté en la trama, sino en lo que representa. El fenómeno Squid Game nació como un espejo brutal del sistema, y su última entrega parece mirar más hacia el show que hacia la crítica. La sofisticación estética, la música envolvente, las escenas de acción meticulosamente coreografiadas… todo está ahí. Lo que falta, según algunos, es ese filo social que hizo inolvidable a la primera temporada.

En redes, el clamor es diverso. Reddit, TikTok y X se llenan de análisis, memes y críticas. Para muchos, es «la mejor serie de la década»; para otros, «una decepción escrita por algoritmo». Esta polarización, sin embargo, no resta relevancia al cierre. Al contrario, lo consagra como uno de los más influyentes y comentados de los últimos años.

Squid Game 3 cierra con una energía que no busca complacer a todos, sino dejar una huella. Y lo logra. Su final, lejos de ser un punto final, parece abrir una nueva etapa: quizá menos cruda, pero más expansiva. Como toda obra que marca una época, genera preguntas, pasiones y una necesidad urgente de volver a verla, para entender, para discutir, para sentir.