En el vibrante y diverso escenario de la diáspora dominicana en Estados Unidos, destacan figuras que no solo sobresalen por su talento y dedicación, sino que también se convierten en embajadores culturales de su país de origen. Una de estas figuras prominentes es Celinés Toribio, actriz, modelo y presentadora dominicana cuyo impacto en la comunidad y en la promoción de la cultura de la República Dominicana son innegables
Celinés Toribio, con su distintiva energía y pasión, se ha convertido en un referente para la diáspora dominicana. A pesar de las dificultades que enfrentó al llegar a Nueva York en 1990, su espíritu resiliente y sus valores arraigados en la educación y el amor familiar le permitieron adaptarse y prosperar en una nueva cultura y entorno.
Procedente de un hogar acogedor en la República Dominicana, la actriz de 48 años asegura que en su casa nunca faltó el amor y mucho menos la educación. Sin embargo, al mudarse a Estados Unidos, esa burbuja de familia estable en la que creció junto a sus padres y hermano, se desvaneció.
«Me fui a vivir a Nueva York en 1990 a la edad de 15 años. Recuerdo que durante los dos primeros meses no salí del apartamento. Lloré mucho al dejar mi país, un lugar lleno de calidez, vecinos cariñosos, un gran sentido patrio, mucha familia y un cálido ambiente humano. Fue un choque cultural y emocional muy intenso.»
A pesar de lo difícil que fue para la Celinés adolescente de ese entonces, asegura que no se arrepiente, ya que Nueva York le abrió las puertas al futuro que había visualizado desde niña como artista y comunicadora. «Nueva York es una ciudad que me enseñó que si quieres que las cosas sucedan, debes ir tras ellas, crearlas y luchar hasta alcanzarlas.»
La importancia de mantener la educación como un pilar fundamental en la vida de los dominicanos es un mensaje que Celinés Toribio desea transmitir a su comunidad. “Cuando emigras a cualquier país, a cualquier edad, si tus valores no están bien plantados, te pierdes. En mi caso, mis padres, mis abuelos y tíos, se aseguraron de darnos unos valores clarísimos desde pequeños, entonces se hizo más fácil.”
Entre las grandes pasiones de la artista dominicana destaca el cine, razón por la cual Celinés ha recibido el título de Embajadora del cine dominicano, debido a sus incansables esfuerzos en promover la industria, tanto dentro como fuera de su país. Al referirse sobre la evolución del mismo, destaca con orgullo el crecimiento significativo del séptimo arte en los últimos años.
“Hemos pasado de producir una o dos películas al año, a crear entre 20 y 30 películas anualmente gracias a la Ley de Incentivo Fiscal aprobada en 2011. En el pasado, tal vez se podían filmar dos series de Netflix al mismo tiempo, pero ahora se pueden llevar a cabo cinco o seis proyectos simultáneamente. Un ejemplo de este auge es el rodaje de la serie ‘Survival’ de la BBC en Puerto Plata, lo que demuestra el gran momento que atraviesa el cine dominicano», destacó.
Una de las más recientes satisfacciones en la carrera de Celinés Toribio incluye el reconocimiento con el Lifetime Achievement Award, otorgado durante la celebración del Dominican Day Parade el pasado 13 de agosto. Este logro adquiere aún más significado al haber contado con la presencia del presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, marcando así un hito al ser su primera asistencia a dicho evento.
«El desfile dominicano de Nueva York es como una institución que representa la esencia de la cultura dominicana. Para mí, que reconozcan mi carrera y trayectoria profesional es sumamente significativo, especialmente considerando que Nueva York es mi ciudad. Fue allí donde viví mi primer amor por los medios, el lugar donde me convertí en mujer y donde se forjó mi identidad.»
La “Nueva Yo”
En el corazón de Celinés late constantemente la búsqueda incansable del empoderamiento y la transformación personal, y de esta pasión emerge un emocionante proyecto que promete inspirar y guiar a mujeres en su camino hacia una vida más plena y significativa: «La Nueva Yo».
Esta iniciativa representa una experiencia completa, cuidadosamente diseñada para convocar a un grupo de aproximadamente 200 mujeres, brindándoles la oportunidad única de escuchar a expertas en diversas áreas. A lo largo de la jornada, recibirán consejos y entrenamiento en cinco pilares fundamentales de la vida: la autoconciencia, el manejo financiero, la sexualidad, la psicología femenina y el desarrollo de la carrera.
“Es mucho más que un evento; es un espacio diseñado con esmero para brindar a las mujeres las herramientas y el conocimiento necesarios para abrazar su autenticidad, empoderarse y crecer en diversas áreas clave de sus vidas. Además de las conferencias, la agenda comprende diversas actividades de baile, terapias y risoterapia, así como la oportunidad de abrir tus chakras, adentrarte en la buena fortuna, aceptación y amor propio.”
IM: ¿Si te pudieras transportar por arte de magia al lugar y al momento donde fuiste más feliz en República dominicana, a dónde irías?
Me iría a casa de mi abuela Isabel, que vivía en un pueblo al que iba a pasar mis vacaciones. Ahí fui muy feliz porque ella me mimaba, me cocinaba mi comida favorita. Ella criaba gallinas, patos, gallos. Viví muy cerca de la naturaleza, matas de limón, rosas rojas, naranjas. Fue una niñez muy sana.
IM: ¿Cómo le describirías República Dominicana a una persona ciega?
Le diría que más caliente que el sol es el corazón de los dominicanos. Los dominicanos somos gente buena, amable, que ayuda al prójimo. Somos muy familiares, hospitalarios, somos felices.
IM: ¿A qué te sabe República Dominicana?
Me sabe a aguacate y a coco.
IM: ¿Menciona tres sitios que como local le recomendarías a alguien que visite por primera vez tu país?
Le recomendaría que vaya a Samaná, a Puerto Plata y a Santo Domingo.
IM: ¿Qué mensajes te gustaría transmitir a tu gente de República Dominicana?
Que se eduquen. La educación es la libertad de República Dominicana.
