Gary Nader: Un legado inmortal en el corazón cultural de Miami

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Foto crédito: Natalia Aguilera / Makeup: Ruby Moros / Estudio: Ampersand Studio

Reconocido como uno de los galeristas más exitosos en los Estados Unidos y América Latina, ha forjado una trayectoria notable que ha dejado una huella imborrable en el panorama artístico global

Nacido en el Líbano y criado en la República Dominicana, la conexión temprana de Gary Nader con el arte, gracias a sus padres, propietarios de galerías, sembró las semillas de una pasión que lo llevaría a convertirse en un referente en el mundo del arte.

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Foto cortesía de Gary Nader Museum

Su carrera artística comenzó como Director de la Galería Nader en Santo Domingo en 1981, donde desde temprano demostró habilidades comerciales notables. A los 17 años, ya había vendido dos mil obras en la galería de sus padres. Sin embargo, en 1985, decidiría expandir sus horizontes y embarcarse en una nueva travesía en Miami, estableciendo el Gary Nader Art Center, especializado en arte latinoamericano. Este paso marcó el inicio de una gran legado artístico en la ciudad.

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Foto cortesía de Gary Nader Museum

La pasión de Nader por el arte latinoamericano se fundamenta en su identidad cultural. Aunque es libanés de origen, se considera latinoamericano y sintió la responsabilidad de darle el reconocimiento merecido a los artistas de la región. Su galería se convirtió en un faro de emprendimiento y éxito, destacándose por su compromiso con los artistas latinoamericanos.

A lo largo de los años, Gary Nader ha demostrado ser un apasionado coleccionista, con más de tres mil piezas en su colección, destacándose por la selección cuidadosa de obras que abarcan el arte latinoamericano moderno y contemporáneo desde la década de 1920. Su influencia en el mercado del arte ha llevado a la consagración de artistas emergentes, convirtiéndolos en nombres reconocidos en la escena internacional.

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Foto cortesía de Gary Nader Museum

La visión de Nader para Miami como la capital mundial del arte Latinoamericano sigue en marcha, con proyectos como el desarrollo de un parque de esculturas en Wynwood y la persistente idea de un Museo Latinoamericano. Su compromiso con la ciudad se refleja en su deseo de contribuir al crecimiento cultural, fomentando la participación en las artes y abogando por más museos y educación artística.

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Foto cortesía de Gary Nader Museum

La historia de vida de Gary Nader es una narrativa de determinación, pasión y contribución significativa al mundo del arte. Desde sus primeros días en la Galería Nader hasta su papel como líder en el renacimiento cultural de Miami, Nader ha dejado una marca duradera en el lienzo del arte latinoamericano y continúa guiando el camino hacia un futuro culturalmente próspero. Su legado no solo radica en las obras que colecciona y exhibe, sino en su papel integral como arquitecto del panorama cultural de Miami y como un gran padre que valora la lealtad y la familia por encima de todo.

Gary Nader: Detrás de la Imagen

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Foto crédito: Natalia Aguilera / Makeup: Ruby Moros / Estudio: Ampersand Studio

IM: ¿Recuerda ese momento en el que entendió que el arte iba a ser su gran pasión?

La primera vez que visité una galería fue la de mi tío en Haití a la edad de siete años. En esa época, Puerto Príncipe estaba más avanzado que Santo Domingo; era un epicentro cultural. Cuando entré a la galería me quedé atónito. Me di cuenta de que podía distinguir a un artista de otro, a pesar de que la galería era inmensa y estaba repleta de obras de arte. Al día siguiente, mi mamá me llevó de nuevo a la galería, y mi tío me entregó un libro para que comenzara a explorar. Después de unos días, le dije a mi tío que podía diferenciar a todos los artistas unos de otros. Mi tío se sorprendió y le dijo a mi mamá: “Tiene memoria fotográfica“. Tenía una intuición, y además, me encantaba. Disfrutaba mucho aprendiendo, y es un mundo muy abierto. Uno nunca termina de aprender, pero ese fue el verdadero primer momento en el que algo relacionado con el arte me fascinó. A los diecisiete años, ya había vendido dos mil obras en la galería de mis padres.

IM: ¿Por qué decide enfocarse precisamente en el arte latinoamericano? 

Aunque soy 100% libanés, mi identidad es también latinoamericana. Al inicio de mi carrera, noté que muchos artistas latinoamericanos destacados eran igual o incluso mejores que muchos de los artistas europeos y estadounidenses. Sin embargo, el arte latinoamericano no estaba representado en esos espacios culturales, y sentí la responsabilidad de darles su justo lugar. 

IM: ¿Por qué elige mañana como lienzo para su proyecto de vida?

Cuando se me ocurrió la idea, pensé que en Nueva York ya estaba todo hecho. Yo tenía una visión para Miami que creo que no estaba equivocada, porque lo que está sucediendo ahora ya estaba en gestación hace veinte años. Quería defender lo nuestro, cerrar la brecha que existía entre los artistas latinoamericanos destacados y brindar oportunidades a los nuevos talentos. 

IM: ¿Cuál es su corriente de arte favorita?

 El surrealismo es fascinante porque es muy sensual, muy imaginativo. Es el único movimiento que nació de la mente de un poeta. Surgió de la imaginación de un escritor, André Bretón. No fue un movimiento exclusivamente pictórico desde el principio; comenzó como un movimiento literario. Este destacado poeta y escritor, André Bretón, persuadió a los grandes surrealistas como Picasso, Max Ernst, Dalí y Matta para que plasmaran sus sueños en pinturas, dando así origen al surrealismo. Me resulta sumamente intrigante y, al mismo tiempo, exótico lo que lograron realizar, especialmente la obra de Matta, que podría ser mi artista favorito de todos los tiempos y uno de los más subvaluados del mundo, aunque estamos trabajando para cambiar eso. Es por eso que me gusta tanto el surrealismo, ya que representa algo completamente diferente a lo que se había hecho anteriormente, y las vidas particulares de los grandes artistas surrealistas también me parecen sumamente interesantes.

IM: Con más de tres mil piezas en su colección, que es lo que más le enorgullece de lo que ha creado?

Lo más destacado es tener una colección cuidadosamente seleccionada. Aunque no afirmo tener la mejor pieza, ya que eso es subjetivo, sí poseemos una colección histórica que abarca el arte latinoamericano moderno y contemporáneo desde la década de 1920. Contamos con obras de todos los grandes maestros latinoamericanos. Tanto la colección moderna como la contemporánea continúan creciendo. Hay muchas piezas que nunca venderé, porque considero que son lo mejor de lo mejor, obras que incluso el propio artista no ha superado. Creo que tenemos lo mejor del arte a nivel mundial.

IM: ¿Recuerdas la primera obra que adquirió?

Fue una pieza de un artista dominicano llamado Plutarco Andújar, con quien colaboramos en la galería. Crecí viéndolo pintar, y a los quince años, le compré mi primer cuadro a mi papá. Era un genio, aunque lamentablemente lidiaba con el alcoholismo. La tuve colgada en mi apartamento durante veinte años, lamentablemente se me extravió, así que si alguien la encuentra, estaré encantado de comprarla de nuevo. 

IM: ¿Sigue en puerta el proyecto del Museo Latinoamericano que desarrolló hace algunos años?

Sigue vivo, si no lo concreto yo, mis hijos lo harán, porque el museo no se trata solo del edificio, no es solo arquitectura. La importancia de un museo radica en el contenido que puede ofrecer a las personas y los programas que puede presentar. En su momento, expliqué a los políticos y a todos que el Museo de Miami debería ser un museo latinoamericano. Aclaré que no necesitaban comprarme nada a mí, ya que no era una proyección para vender mi arte, algún día tendré mi propio museo y no quiero vender mis obras. Somos la puerta de Latinoamérica, el punto de entrada más importante. En Latinoamérica no hay un museo latinoamericano importante, excepto el de Eduardo Costantini en Argentina, que es extraordinario. Nos gustaría tener la mitad de ese museo, pero está en Argentina, no en Estados Unidos. Me han ofrecido edificios en San Francisco, Nueva York y Chicago para mi museo, pero no vivo en esas ciudades, mis hijos tampoco, yo soy de Miami, mis hijos nacieron aquí, y quiero seguir contribuyendo a Miami.

IM: ¿Cómo inició su relación de amistad y admiración con el maestro Fernando Botero?

La primera vez que estuve en frente a un Botero fue en el MoMA cuando tenía quince años. Me sorprendió a tal punto que ese día decidí que algún día tendría una obra de sus obras. En esa época, los precios eran de casi cien mil dólares, una cifra que no podía costear. Cuando abrí la galería en Miami, un señor me vendió mi primer Botero. Una cabeza de Botero de unas 30 libras, que mostraba en todos lados como un gran trofeo. Siempre tuve la idea de que Botero iba a ser un artista muy conocido por su estilo único y su talento excepcional. El Boterismo existe y es reconocido en cualquier lugar del mundo. La relación con el maestro creció a lo largo de los años y trabajamos mucho juntos. Le llegué a comprar más de 300 obras, de las cuales muchas las conservo en mi colección. Él entendió lo que estaba haciendo por él, y tuvimos una relación cercana y familiar. Estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio y por la relación que construimos fuera del mundo del arte.

IM: ¿Cuál es tu artista favorito de todos los tiempos?

Definitivamente Leonardo Da Vinci.

IM: ¿Cuál es tu pasatiempo favorito? 

Me encanta jugar al golf, pasar tiempo en el barco y viajar. Por supuesto, lo que más disfruto es estar con mi familia, mis hijos y mi esposa.

IM: ¿Cómo se desconecta de este mundo tan agitado?

Nunca me desconecto. El mundo del arte es algo distinto. No es como, digamos, la rutina de un arquitecto o un empresario que está involucrado en proyectos continuos. En el arte, es un aprendizaje constante, un descubrimiento continuo, y siempre hay innovación. Para mí, crear algo diferente es estimulante. Así que no tengo interés en desconectarme. Debes notar que los líderes y creadores más importantes del mundo nunca se retiran. Mueren trabajando porque siempre hay algo nuevo que aprender y descubrir. Este proceso de aprendizaje constante y ver cosas hermosas despiertan una sensibilidad hacia la belleza que es realmente fascinante. Es lo que he tratado de enseñarle a mis hijos. Los llevaba a museos desde muy pequeños y ahora que son adolescentes me dicen: ‘¿A qué museo vamos?’ Es algo muy hermoso. La apreciación por el arte es algo muy especial. Además, como he tenido tanto éxito y la gente ha respondido positivamente a nuestras propuestas, me motiva mucho a seguir haciendo lo que hago. 

IM: ¿Luego de una larga trayectoria, todavía le sorprende el arte?

¡Claro! Hay obras que vi hace veinte años y que se quedan en mi cabeza, y voy al museo a verlas de nuevo. Es como ¡guau!, cómo este artista pudo haber hecho esto con esa idea en ese tiempo. Es un mundo fascinante y muy renovador porque siempre ves cosas nuevas, siempre ves cosas interesantes, no a la velocidad que la gente cree que aparecen unos artistas que están muy de moda. Les digo a las personas que tengan cuidado con los artistas de moda porque, como una camisa que te gusta, a los tres meses no te gusta la camisa. Te va a pasar lo mismo con el artista. El proceso de aprendizaje del coleccionismo es un proceso que toma tiempo.

IM: Si pudiese viajar en el tiempo y encontrarse con un artista del pasado, ¿a quién visitaría?

¡Leonardo da Vinci, totalmente! Era el genio de los genios, porque lo hacía todo. No solo pintaba, sino que también era escritor, poeta, arquitecto. A Picasso también me hubiese encantado conocerlo. 

IM: ¿Cuál sería el soundtrack para la historia de su vida?

Ja, ja, ja. Nadie me había preguntado eso. “Burbujas de amor”, de Juan Luis Guerra.

IM: ¿Qué representa para usted ser hombre? 

Lo primero de ser hombre debe ser nuestro compromiso de crecer para aportar algo a la sociedad, pero una vez tienes hijos, lo más importante es ser padre. Si no eres un buen padre, no eres un buen hombre. Ese es mi concepto personal. Desde que soy padre, mi norte siempre fue criar a mis hijos con todo el cariño, porque a mí me criaron así. Cuando tienes hijos, la vida no es tuya. Tú no te perteneces, y lo mismo aplica a los hijos. Yo les digo a mis hijos: ustedes tienen que entender que somos una familia, y ustedes ya no son de ustedes. Ustedes pertenecen a sus hermanos, a sus hermanas y a sus padres. Como libaneses, lo más importante para nosotros es nuestra familia.

IM: Si pudiera encontrarse hoy con el Gary de 19 años que decidió irse a buscar su propio futuro en Miami, ¿qué le diría? 

No pares, sigue igual, no cambiaría nada. Tengo una convicción de que lo más importante es hacer lo que uno cree, lo que le dicta el corazón. Trabajé mucho y le diría que se relajara un poco más, que no tomara las cosas tan en serio.

Sí, claro, piernas que soy un hombre duro, pero quiero que lo perciban así, me imagino que es una coraza que yo mismo coloco. Después de que me conocen, la percepción cambia. 

IM: ¿Tiene algún placer culposo?

No, yo no me culpo de nada. Me doy los placeres que me doy. Todo lo contrario. Quisiera tener más tiempo para disfrutar más. 

IM: ¿Qué es lo que más valora y desprecia en las personas?

La lealtad y viceversa

IM: ¿Qué queda en su Bucket List? 

Viajar, seguir viajando. Me faltan muchos lugares por conocer y, eventualmente, hacer mi museo. Mi satisfacción no es personal. Solamente es poder contribuir a la felicidad de mis hijos y ayudar en algo a la sociedad, en lo que pueda. Cuando recibes tanto, tienes que devolver a la gente que te dio. Aunque me ofrezcan lo que me ofrezcan en Italia, en Francia o en Nueva York, mi lugar está en Miami. La gente que me dio la bienvenida está en Miami. Mis hijos nacieron en Miami. Para mí, ha sido una ciudad muy linda, la gente que más me compró fueron los cubanos y los judíos. Tú llegas aquí con algo que ofrecer y la gente te atiende bien. No hay esa discriminación que existe en otros lugares, y por eso Miami ha tenido tanto éxito. Todo el mundo se puede sentir en casa en Miami.

IM: Si las personas pudiesen recordar una sola cosa de usted, ¿qué quiere que recuerden?

Que fui un gran padre. Es lo único que me interesa.

Gary Nader Art Center

 

 
 
 
 
 
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La destacada trayectoria de Gary Nader se manifiesta de manera prominente en los espacios del Gary Nader Art Center, ubicado en el corazón de Wynwood, en la ciudad de Miami. Este centro cultural, que lleva su nombre, se compone de tres elementos distintivos. Al ingresar, los visitantes son recibidos por la majestuosidad del parque de esculturas, donde se exhiben imponentes piezas de artistas de renombre, destacándose especialmente obras del maestro Botero.

Una vez dentro, se puede deleitar con las diversas colecciones presentadas en la galería, que abarcan tanto exposiciones itinerantes como permanentes. Estas exhibiciones han sido cuidadosamente seleccionadas por Gary Nader, quien imprime su característica minuciosidad en la elección de cada obra. En el segundo piso del centro, se encuentra el Museo Nader, hogar de joyas artísticas, entre las cuales destaca la colección más significativa del maestro Fernando Botero.

Para obtener más información acerca de las exposiciones itinerantes y las colecciones permanentes del Gary Nader Museum en Miami, le invitamos a visitar la página oficial (aquí). También puede planear su visita de lunes a sábado, de 10:00 am a 6:00 pm. La dirección del centro es 62 NE 27 Street, Miami, FL 33137, EE. UU.