Lino Escalera; Estreno nacional de “No sé decir adiós”

Lino Escalera, ‘hay personajes que te patean la cabeza’


A propósito del estreno en USA del filme “No sé decir adiós”, que será presentado por el #GEMS2017. Adquiere tus entradas al estreno Aquí.

Texto por Rubens Riol – @r_riol –

Lino Escalera, Foto promocional

Entrevista exclusiva para IMAGEN Magazine

Este domingo 15 de octubre como parte de las proyecciones del GEMS, se estrenará a las 5 p.m., en el MDC’s Tower Theater de Miami, No sé decir adiós (2017), primer largometraje de ficción del cineasta español Lino Escalera, quien estará presente en la sala para introducir su película, después de compartir a las 11 a.m., un brunch con los amigos del festival en Ella’s Oyster Bar. El filme ya alcanzó importantes reconocimientos en la más reciente edición del Festival de Cine de Málaga, donde obtuvo Biznagas de Plata como Premio Especial del Jurado, Mejor Guion, Mejor Actriz y Mejor Actor Secundario.

Con un elenco estelar encabezado por Nathalie Poza, Juan Diego y Lola Dueñas la película nos acerca a la relación entre un anciano con cáncer terminal, y sus dos hijas adultas, una de ellas ejecutiva alcohólica y drogadicta que busca constantemente la atención de los hombres, y la otra, aspirante a actriz y madre de familia. Ante la inminente muerte del padre, somos testigos de actitudes contradictorias entre ambas hermanas, las cuales ponen en evidencia sus mecanismos de defensa y el miedo a la despedida.

Lino Escalera, natural de Madrid, primero estudió Ciencias Empresariales, y luego pasó varios cursos de cine en la Universidad de Nueva York, así como talleres de guion y dirección en la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba). Ha dirigido ya cuatro cortometrajes: Espacio (2001), Desayunar, comer, cenar, dormir (2003) Elena quiere (2007), fue seleccionado en más de sesenta festivales de cine y obtuvo una veintena de premios; y Australia (2017). También ha colaborado con medios de publicidad y televisión. IMAGEN Magazine aprovecha la visita de Lino Escalera por primera vez a Miami para indagar sobre su carrera cinematográfica, y los detalles de su primer largo de ficción No sé decir adiós.   

¿Cómo han contribuido a tu carrera los estudios realizados en la EICTV de San Antonio de los Baños?

En San Antonio de los Baños estudié un curso de verano de dirección y guion. Fue en el año 1998, hace ya casi veinte años… Lo recuerdo con mucho cariño, aquellos dos meses en la escuela son parte importante de mi formación como director. Por otro lado, conocí a mucha gente con la que todavía hoy tengo muy buena relación. A parte de esos meses en la escuela, estuve también viajando unas semanas por Cuba. Aquel fue un viaje muy especial, de esos viajes que marcan un periodo de tu vida. Fue una gran experiencia, tanto a nivel profesional como personal.

¿Qué se siente al dejar de dirigir cortos para dedicarse al largometraje? ¿Cuáles son los principales desafíos para dirigir cine en la España actual?

Me siento muy satisfecho, muy contento de haber logrado dirigir un largometraje, era lo que siempre había querido, desde que empecé a estudiar cine. En total, antes de hacer No sé decir adiós, había realizado tres cortometrajes. Mi etapa dentro del mundo del corto ha sido larga e intensa y continua, incluso simultáneamente con el largo rodamos un cortometraje, Australia.

En la actualidad en España hay multitud de desafíos, la situación es muy compleja. Primero nos enfrentamos a un desafío global; el cambio en los hábitos de consumo de ficción; la gente, sobre todos los jóvenes, van menos al cine. Cada vez se producen más series de televisión y el cine se consume desde casa. Todo está cambiando muy rápido, nos encontramos en un momento decisivo e incierto, también fascinante. Este año, por primera vez festivales de la talla de Cannes o San Sebastián han incluido series para televisión dentro de su programación.

De manera particular, y desde que la crisis económica golpeó con dureza allá por 2011, estamos viviendo una situación preocupante. Nuestro cine se financia de manera casi exclusiva de las subvenciones públicas. Estas subvenciones sufrieron grandes recortes a raíz de la crisis y los presupuestos destinados a Cultura no se están actualizando a medida que la economía se recupera, y esto es fundamental para nuestra pequeña industria. Por otro lado, necesitamos un nuevo modelo de financiación que incluya y fomente la inversión privada.

Trailer oficial; “No sé decir adiós”, será estrenada este Domingo, Octubre 14, durante el GEMS. 

¿Cómo surge la idea del guion, cuánto tiempo tardó en cristalizar el proyecto y cuáles fueron los obstáculos? ¿Qué relación guarda esta película con tu filmografía anterior?

El guion de esta película nace mayormente de un personaje, el de Carla, un personaje que andaba dando patadas en mi cabeza desde hacía años y que de alguna manera estaba ya apuntado en un personaje anterior, el de Elena, de mi cortometraje Elena quiere (2007). También nace de una imagen; un padre y una hija, ambos enfermos, huyen en coche por una carretera secundaria intentando dejar la muerte detrás. Fue esto lo que le conté a Pablo Remón, guionista de la película, en nuestra primera reunión, a partir de ahí nos pusimos a trabajar.

El proceso de escritura de guion hasta tener una primera versión nos tomó como un año, año y medio. Todo parecía fluir bien, era el año 2011, y confiábamos en poder levantar la financiación de la película en un corto espacio de tiempo. Pero como he comentado antes, todo cambió a partir de 2012, y lo que pensamos iba a ser un periodo de financiación más o menos corto se convirtieron en cinco años de lucha e incertidumbre.

Finalmente, gracias al esfuerzo y a la inconsciencia de muchas personas, logramos sacar la película adelante. En ese sentido tengo que agradecer el esfuerzo y la apuesta del productor, Damián París, sin él nada de esto hubiera sido posible. No sé decir adiós comparte muchas cosas con mis anteriores cortometrajes; trabajar dentro del drama, la apuesta por personajes protagonistas femeninos. También comparten una mirada y una manera de contar, la mía, que justamente se ha ido fraguando a través de la realización de estos cortometrajes. En ese sentido, No sé decir adiós es la evolución natural después de los cortometrajes que he realizado con anterioridad.

¿Cómo llegan los actores principales al casting de la película? ¿Qué define tu trabajo como director y cómo describirías la dinámica de tu relación con los actores? ¿Que opinión te merece el desempeño de Nathalie Poza, Juan Diego y Lola Dueñas en esta propuesta teniendo en cuenta sus meritorias carreras?

En No sé decir adiós conté con la ayuda de una gran directora de casting, Tonucha Vidal, ella en gran medida ayudó mucho a facilitar el contacto con los actores. Por otro lado, la clave para que Nathalie, Juan y Lola decidieran embarcarse en el proyecto fue el guion. A los tres les enamoró el texto y consideraron que ahí había unos personajes por los que merecía la pena trabajar. Desde el primer momento hubo una relación muy fluida con todos ellos y los tres apostaron de manera muy firme por la película. En ese sentido tengo mucho que agradecerles.

Ha sido todo un honor poder trabajar con ellos, son tres de los mejores actores de este país, realmente no podía haber soñado con un casting mejor que este. Me encuentro muy a gusto trabajando con los actores, disfruto mucho esa parte de mi trabajo. Estudié unos años interpretación justamente para poder encontrar un lenguaje común a la hora de dirigir actores, creo que es algo fundamental para un director; tener un lenguaje técnico que ayude a facilitar la comunicación entre el director y el actor. Evidentemente el trabajo de Nathalie, Juan y Lola en No sé decir adiós es fundamental, sin ellos esta película no hubiera sido posible.

¿Qué significa para ti que la cinta obtuviera tantos premios en el Festival de Cine de Málaga? ¿Cuál ha sido el itinerario del filme en festivales y cuáles son tus mayores aspiraciones en ese sentido?

Málaga significó un punto de inflexión, un antes y un después en la vida de la película, ya no solo por los premios, sino también por la recepción que la película tuvo por parte de la crítica, que fue muy buena y unánime. Después de tantos años peleando por sacar esta película adelante, Málaga fue el bálsamo que todos necesitábamos, fue el festival que colocó la película ahí afuera. Les estamos muy agradecidos.

La película está viajando muy bien, estamos muy contentos. Hemos estado en el Festival de San Sebastián y en Cinespaña en Toulouse, próximamente iremos a la Seminci en España, Cinemed en Montpellier, a la Mostra de Cine de Sao Paulo y por supuesto a Gems, en Miami. En 2018 iremos a Argentina, Holanda… ¿Mi mayor aspiración? Creo que ya se ha cumplido, haber podido hacer esta película y disfrutar con todo lo que está pasando.

¿Qué pretendes contar con este relato íntimo? ¿Algunos de tus miedos personales están presentes en la cinta? ¿Qué distingue este drama familiar sobre las reacciones ante una enfermedad terminal del resto de filmes con perfil semejante en el cine de tu país? ¿Cuál fue tu fórmula para narrar una historia tan dolorosa desde la contención?

La película cuenta la historia de una despedida ante la proximidad de la muerte, una despedida entre una hija y un padre con una relación muy rota. Carla y José Luis son dos personajes atrincherados dentro de una coraza que les protege de las emociones, del pasado y de las heridas mal curadas, a diferencia de Blanca, la hermana mayor, que en principio es una mujer que transpira de manera diferente.

Desde mi punto de vista, lo más interesante es ver cómo estos personajes logran articular esa despedida; a pesar de su parquedad emocional, de la negación rotunda de la enfermedad y de esas heridas mal curadas, Carla y José Luis logran, a su manera, decirse adiós. Todas las familias manejan un código de comunicación/incomunicación que les pertenece, que es propio de ese grupo de personas. En esta película queríamos diseccionar los códigos de comunicación que rigen las relaciones personales entre los miembros de esta familia, los Miralles.

Me interesaba mucho poner la lupa en los pequeños detalles, en cómo, a base de silencios y frases en principio banales, estos personajes logran comunicarse, también mostrar cariño y expresar amor y perdón. Evidentemente hay mucha implicación personal en la película. En cualquier caso, esta implicación más personal no ha funcionando a un nivel consciente.

Cuando me puse a escribir con Pablo allá por el 2010 no me planteé hacer esta película porque necesitara lidiar a un nivel consciente con parte de mis miedos e inseguridades. Pero evidentemente ahí están, y es algo que he ido descubriendo a lo largo del proceso de realización de la película. Creo que algo que puede estar diferenciando a la película de otros dramas familiares es el uso del humor. Ya en el proceso de escritura del guion, la idea era alejarnos del drama hermético y monolítico, queríamos apostar por la cotidianidad, por personajes y situaciones que nos resultaran cercanos y familiares.

De esta manera, la vida nunca se presenta en un solo género y fue justamente esa apuesta por retratar de manera muy cotidiana la realidad de estos personajes la que, de una manera orgánica, incluyó esos toques de humor en la película. La contención forma parte de mi lenguaje cinematográfico, es algo que se lleva dando de una manera natural desde mis primeros cortometrajes. Por otro lado, con esta historia estamos hablando de la negación de la realidad como forma de supervivencia, otros de los temas de la película, también estamos lidiando con personajes muy herméticos y fortificados. Por todo esto, la contención era algo fundamental a la hora de trabajar no solo con los actores, sino también a la hora de plantear la puesta en escena.

¿Es tu primera vez como cineasta invitado en Miami? ¿Qué le dirías al público para que no se pierda el estreno?

¡Sí, es mi primera vez en Miami! Estoy feliz de poder estrenar la película en los Estados Unidos dentro de la programación de GEMS, es todo un honor. Al público le diría que si van a ver No sé decir adiós creo que se van a encontrar con una película que les va a resultar muy próxima y cercana. Pienso que es una historia con la que es fácil sentir empatía, no solo porque estamos lidiando con temas universales como la familia o la muerte, sino también por esa apuesta por enclavar la película dentro de esa cotidianidad. También les diría que es una gran oportunidad para poder ver el enorme trabajo que estos tres grandes actores han realizado en la película, encarnando, desde el respecto y el cariño, a unos personajes que perfectamente podrían ser parte de nuestra propia familia.