Paco Arango: “hiciera lo que hiciese en el mundo del entretenimiento, sería para ayudar y concientizar”

Paco Arango: “hiciera lo que hiciese en el mundo del entretenimiento, sería para ayudar y concientizar”


Paco Arango, un mexicano que vive en España, ha tenido desde siempre dos pasiones: la primera es el arte, pues se dedicó al canto, a la actuación y actualmente a la dirección y el segundo es ayudar a las otras personas. Cumplió ambas metas con La filmación de películas y con la creación de Aladina una fundación para niños con cáncer y que es una parte muy importante de su vida. Desde hace más de 15 años se involucra con niños con cáncer y trata de hacerles la vida mucho mejor aportando su granito de arena.

En el año 2011 escribe y dirige Marktub, una comedia dramática, que cuenta con un gran reparto entre los que se encuentran Diego Peretti, Goya Toledo, Aitana Sánchez-Gijón, Rosa María Sardá y Jorge Martínez. Por esta película consiguió tres nominaciones a los Goya (director novel, actriz de reparto y canción original). La recaudación de la película sirvió para financiar una de las unidades de trasplante de médula más avanzadas de Europa: el CENTRO MAKTUB, para el trasplante de médula ósea del Hospital Niño Jesús de Madrid. Pero esto no es todo, paco Arango ha donado el 100% de la recaudación de “Lo Que de Verdad Importa” a la Fundación Aladina convirtiendo este film en la primera cinta 100% benéfica del cine.

Estuve mirando un poco más sobre ti. Hemos visto a un Paco Arango cantante e incursionaste en el mundo de la televisión. Pero creo que el propósito de tu vida, que nos llevó a conocer tu faceta en el séptimo arte, es otro ¿Cómo te ves durante este camino recorrido?

Yo creo que hubo un cambio en mi vida que me llevó a hacer esas cosas. En el año 2001 yo empecé un voluntariado con niños con cáncer en una asociación aquí en España. Empecé a ir una vez a la semana y a las pocas semanas estaba yendo todos los días. Esto se convirtió en mi vida cotidiana. Han pasado muchos años y yo sigo así y tengo mi propia fundación. Eso le dio un vuelco a mi profesión. Hice un pacto conmigo mismo: hiciera lo que hiciese en el mundo del entretenimiento, sería para ayudar y concientizar. Al séptimo arte yo lo llamo “la mayor sesión de hipnosis que existe”. Si la película es buena, te tengo cautivada y quizá en silencio y así bajar el telón de tu corazón para poderte mandar un mensaje importante. Todo lo que te cuento, a tu pregunta, es que es como una especie de club sandwich, o sea hay distintas cosas y todas se unen. La maravilla del cine es que verdaderamente puedes crear conciencia.

Cuéntame un poco de la historia que te inspiró como guionista, director y coproductor para darle vida a “Lo que de verdad importa”.

Pues mira, fue mi segunda película. Venia de una película que había tenido su éxito que se llama Maktub. Con la primera película pude hacer un centro de trasplante de médula ósea para niños con cáncer que es el más importante de España. Me di cuenta que se podían hacer cosas. El tema de The Healer, mi primer película en inglés, pues yo soy bilingüe fue muy importante. Muchas personas cuando le preguntas si tuviesen que tener un súper poder cual elegiría, eligen volar o ser invisibles, yo quería curar. Si me dieran un don, imagínate lo que haría. Entonces de ahí es que se me ocurrió la historia de un hombre que lo tiene todo, es guapo y que recibe el don de curar, que no lo quiere y entonces se topa con una niña muy enferma que le dice “yo no creo que me vayas a curar pero mis papás sí. Tú y yo vamos a pasar el fin de semana juntos pero que cuando yo me vaya no se queja nadie” y esta niña lo transforma y lo cambia. Es una historia verdaderamente de cambio. The Healer verdaderamente es un pequeño milagro. Fue la primera película concebida en la historia del cine que era 100 por 100 benéfica. Todo lo recaudado en cualquier país era destinado a los niños locales enfermos. Había tenido su gran éxito.

Fue número 1 en Colombia, en México y en España fue número 3. Donde iba tenia muchísimo éxito. El colofón claramente era Estados Unidos y como la película estaba dedicada a Paul Newman, con quien trabajé durante 9 años en su fundación, pues yo dije “aquí la vamos a reventar” y para nada, la película salió hace 7 u 8 meses calladita, todo el mundo lo ignoró. Llegó Netflix y la compró. Sinceramente no le di mucha importancia, pues dije que era como todas las películas de Netflix. Un día empecé a recibir llamados de personas que habían visto mi película y que les había gustado mucho, entonces yo les dije. Entonces esto se empezó a escalonar hasta que llegó al número 1 y tuvo mucho éxito en Canadá y en Australia.

Claramente yo creo que el COVID, lo que estamos viviendo, nos llevó a una sensibilidad que el nombre de la película era apetecible y nos creaba una conciencia de darnos cuenta de que la sanación no es necesariamente del cuerpo.

¿Tú crees que a todos en algún momento nos llega una Abigail que nos cambia el chip y nos damos cuenta de lo que verdaderamente importa?

Yo creo que sí. Creo que todos tenemos oportunidades en la vida que nos brindan para darnos cuenta que podemos hacer cosas no necesariamente mejor pero sí, sin duda, mejor para otros o para el bien de otros. Te cuento una historia increíble. Cuando escribí el guion, el nombre del personaje no era Abigail, era otro. En Halifax, en North Escocia, se me puso a llorar la directora de la Comisión de Cine y me dijo “Es que ha muerto la hija de mi mejor amiga con un cáncer” Entonces yo pedí hablar con esta mamá y ella me hablo de su hija. Entonces le cambié el nombre por Abigail. Todo lo que había escrito del personaje era lo que había tenido Abigail.

Fue increíble porque en la película cuando está la canción “Somewhere over the rainbow” está ahí porque un niño que conocí y que falleció, que se llamaba Guzmán, yo le prometí que esa canción iba a estar en mi película. El poema que lee la actriz en la camioneta es un poema verdadero de Abigail que se llamaba “Just Breed” y se llama así porque ya no podía respirar porque le faltaba oxígeno. Le dije a la mamá que iba a rodar una escena preciosa y le conté lo de “Somewhere over the rainbow”, pues Abigail la acababa de cantar en la graduación para todo el high school. Eso es un cúmulo de coincidencias tan increíbles que te das cuenta que cuando haces algo para el bien de otros, especialmente para niños, hay muchos fuegos artificiales que te dan a entender que vas en el buen camino.

Cuando presentaste el proyecto a los actores, ¿les hablaste de la parte altruista de la película o no hubo esa clase de conversación?

Lamentablemente la respuesta es menos romántica de lo que me hubiese gustado (risas). El actor tiene que cobrar como actor porque si no va a hacer tu película. Entonces si yo les empiezo a hablar de mi fundación antes de tiempo, los puedo asustar pensando que yo no quiero que cobren. Una vez ya involucrados y afirmados, ahí ya empiezan a darse cuenta de la dimensión de lo que está pasando, pero sinceramente era muy improbable que una película funcionase y más haciendo el bien que hizo esta película donando dinero a cada país. Verdaderamente yo sonaba como que estaba loco, incluso mi familia me llamaba así. Efectivamente, los actores se vuelcan y se dan cuenta y se sensibilizan. Ha sido muy de bonito ver como ellos han puesto su granito para celebrar lo que ha pasado.

Hablando de los actores, ¿cuál fue el que más te sorprendió?

Mira, Jorge García que hizo de Hugo “Hurley” Reyes en “Lost”, ya había rodado mi primera película e hizo de cura, fue maravilloso. Creo que Jonathan Pryce, hasta te impresiona si tiene hipo (risas). La presencia de un actor de teatro tan impresionante, fue una maravilla. Yo creo que es como si te ponen a entrenar un gran equipo de futbol y metes un gol no tiene mucho mérito. Jonathan Pryce me sorprendió con su gran arte, por su gran amabilidad y que no te fallaba en nada.

¿Me puedes decir hoy quién te ha dado más felicidad de este proyecto?

Pues mira, el haber recaudado y entregado íntegramente más de 4 millones de dólares a muchísimas fundaciones en muchísimos países y no solo el dinero sino haberles creado más fama porque eso es muy importante para las fundaciones. Esta película ha impactado de verdad a miles de niños por todo el mundo y a muchísimas fundaciones y esto verdaderamente fue muy inesperado y fue precioso. La mayor alegría fue cuando no sabía que iba a ser número 1 en Estados Unidos. Yo estaba tan satisfecho de haber hecho tanto bien así calladito. Ahora como te digo, mi ego está tan grande como toda la casa y lo tengo que tranquilizar (risas)

Imagínate, ¡se convirtió en un fenómeno mundial! Aparte de lo que puede representar en la parte profesional, es algo que está moviendo muchos corazones, pues la ves y es de esas películas que te dan ganas de hacer el bien y cambiar el mundo, sobre todo en estos momento de incertidumbre que estamos viviendo ¿Cuál es tu mensaje para nosotros en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo?

Que la vida es un regalo y que claramente estamos viviendo algo que nadie se esperaba y que es como una guerra. Lamentablemente nos estamos humanizando porque no nos queda otra. En España, por ejemplo, los delfines han vuelto al puerto de Bilbao donde no se acercaban ni locos. El mensaje es que la vida es un regalo, que hay demasiada gente brillante en este mundo para no encontrar la cura contra este mal bicho y más pronto que tarde saldremos de esta y valoraremos la importancia de esta vida que nos han regalado y que no es para nosotros, que es para compartir.

Hablando de compartir y de esos sentimientos que ahora están a flor de piel, sé que estamos hablando de este proyecto, pero en este momento, ¿se está cocinando algo?

¡Sí! ¡Y aparte esta calentito y en el horno! Es una película que se llama “Eleven percent”, 11% en inglés, que es una fábula preciosa y también con un ámbito benéfico. Es la historia de una señora que vivía en una casita pequeñita que alberga a 10 personas que han tenido mala suerte en la vida y que solo pagan 10 dólares al mes. Todo el mundo quiere comprar la casa para derruirla y crear un rascacielos porque el terreno vale un dineral y la señora no solo no vende sino que los trata a esta gente como familia y entonces empieza una historia preciosa con algo muy sorprendente. Es una historia idónea para los tiempos que estamos viviendo y con muchas ganas de poder empezar cuando me permita el COVID.

¿Y qué me cuentas de Batman?

Batman es increíble, yo llevé a Batman a Canadá porque el perro es muy importante y yo le dije a la entrenadora, mira, mi perro es muy listo pero no me haga usted la barba, como dicen en México. Si no tiene que estar en la película no lo meta. A la hora me dijo “tu perro es increíble y es el perro de la película”. Batman rodó, ha estado conmigo siempre y ya es su segunda película. Te cuento algo muy chistoso, le he comprado a su futura novia y esposa que se llama Dina, casi como mi fundación que se llama “Aladina”. Él no sabe que es mujer porque no huele a nada y entonces la odia, porque no entiende por qué está allí. Solo vamos a tener que esperar unos meses para que empiece a amarla.

Ahora que nombraste Aladina, ¿cómo está la fundación?

Aladina es una fuerza maravillosa a la cual el cáncer infantil le tiene mucho miedo y respeto porque hacemos las cosas muy bien. Estamos colaborando con muchísimos hospitales en España, atendiendo a miles de niños al pie de cama. Nos hemos tenido que readaptar por lo que está pasando. Hemos hecho muchas terapias online, con perros, con animales y psicología adaptándonos y luchando, pero Aladina por suerte está muy bien.