Desde un país caribeño donde las playas de aguas cristalinas se funden con la cultura vibrante y la calidez de su gente, surge una estrella que brilla con luz propia, llevando consigo la esencia y el orgullo de la República Dominicana. Esta estrella es Clarissa Molina, actriz, presentadora y modelo dominicana que ha conquistado el escenario internacional con su talento y pasión inigualables
Desde sus primeros pasos en Santiago, República Dominicana, Clarissa Molina demostró una inclinación innata por el entretenimiento. «De chiquita me encantaba pararme frente al espejo a bailar, cantar, actuar, hacer todo lo que conlleva entretener a una persona», recuerda. Con el pelo largo como una melena y sábana en la cintura, se imaginaba ser la próxima Shakira, entregándose a la música y la danza con la energía desbordante propia de la juventud.
No obstante, su camino hacia el estrellato no estuvo exento de desafíos. A los 15 años, Clarissa Molina llegó a los Estados Unidos con sueños en los ojos y la determinación de convertirse en alguien que dejara huella. Trabajó en diversos empleos, desde dar muestras de champú en las calles de Nueva Jersey hasta labores en oficinas dentales. Fue su hermano mayor y su cuñada quienes le mostraron el potencial del network marketing y le demostraron que podía lograr cualquier cosa que se propusiera.
La trayectoria de Clarissa Molina despegó cuando participó en el famoso concurso «Nuestra Belleza Latina», donde su carisma, belleza y autenticidad la catapultaron hacia el éxito. Aunque su camino estaba lleno de luces y cámaras, la despampanante dominicana siempre mantuvo su autenticidad, y recuerda las palabras de Raúl de Molina: «Sé tú misma. Eso es lo único que te va a ayudar».
Su éxito no ha estado exento de desafíos y críticas, especialmente en las redes sociales, donde las opiniones a veces pueden ser duras. Clarissa comparte su enfoque en el amor propio y el bloqueo de la negatividad, buscando siempre mantenerse fiel a sí misma y a su audiencia. «Si haces algo lindo, te van a criticar. Si haces algo feo, te van a criticar. Entonces, al final del día, si te van a criticar de todos modos, ¿por qué permitir que eso te afecte?», comparte.
Clarissa Molina no solo ha conquistado la televisión y la pasarela, sino que también ha incursionado en la actuación, un ámbito que le apasiona profundamente. Su compromiso con la industria cinematográfica dominicana la llevó a trabajar en películas que promueven mensajes positivos y que resaltan la belleza de su país. «En el cine dominicano definitivamente puedes encontrar lo que quieras», afirma con orgullo.
La actriz revela que uno de los momentos más retadores y enriquecedores de su carrera fue su papel en una película que saldrá para San Valentín del 2024. Desafiándose a sí misma en un papel emotivo y profundo, encontró una nueva dimensión de su talento actoral y un profundo amor por la cinematografía. «Mi mejor trabajo actoral ha sido éste», confiesa, destacando su evolución y dedicación a su arte.
“La gente necesita positivismo en su vida y esta película es sobre eso. Te va a dejar un mensaje que te va a dejar reflexionando toda la noche, y durante el día vas a ver la vida un tanto diferente,” agregó.
A sus 32 años, Clarissa Molina se encuentra en una etapa de plenitud y crecimiento, disfrutando cada día como un regalo y dejando su huella en todo lo que emprende. “Me encanta esta etapa de mi vida. Me fascina escribir mi historia completamente como yo quiero, y lo estoy disfrutando.”
A lo largo de su trayectoria, la joven dominicana ha logrado conquistar no solo los corazones de sus compatriotas, sino también el del país que la vio crecer y desarrollarse como profesional. Un ejemplo de ello fue el reconocimiento que recibió al ser honrada con las llaves de la ciudad de Nueva Jersey, destacando su carrera también como neoyorquina, ya que fue en esa ciudad donde comenzaron sus primeros pasos.
«Saber que he recibido este reconocimiento es una reafirmación de que todo el esfuerzo que he invertido ha valido la pena. No trabajamos por los reconocimientos, sino por el amor que sentimos por lo que hacemos. Sin embargo, cuando se nos otorgan estos honores, siento una profunda gratitud y renovada energía para seguir adelante», expresó Clarissa con emoción.
Su amor por la República Dominicana es evidente, y comparte que su país es un tesoro de aguas cristalinas, montañas majestuosas y gente apasionada. Su consejo para los jóvenes dominicanos es claro: «Nunca dejen de ser como son, con esa picardía, esa creencia, ese buen sentido del humor».
La historia de Clarissa Molina es un recordatorio inspirador de que los sueños pueden hacerse realidad a través de la pasión, la autenticidad y la dedicación. Esta talentosa dominicana continúa iluminando el camino para las futuras generaciones y llevando el nombre de su país en lo más alto, como embajadora del arte, la cultura y la belleza que caracteriza a la República Dominicana.
