Entrevista por: Luisa Rangel
Claudia comenzó su viaje profesional estudiando mercadeo y publicidad. Su primer paso en el mundo laboral fue en agencias de publicidad, donde, por casualidad, se le asignaron proyectos de eventos. Fue entonces cuando descubrió su verdadera pasión: la planificación de eventos. “Empecé a enamorarme de esa industria”, comparte. Así fue como, con tan solo 24 años y sin más recursos que su creatividad y determinación, decidió vender su carro y adquirir su primer set de sillas para empezar su negocio de alquiler de mobiliario.
En 2012, dio vida a CM Rentals, una empresa que, a pesar de los desafíos, ha prosperado en Nicaragua. “Desde siempre, gracias a Dios, me fue muy bien”, afirma. Con el tiempo, Claudia también se certificó como wedding planner, adquiriendo habilidades y conocimientos que la ayudarían a escalar su negocio a nuevas alturas.
CM Rentals se convirtió rápidamente en uno de los nombres más reconocidos en el país, destacándose en el alquiler de mobiliario, mantelería y todo lo necesario para eventos. Claudia tiene uno de los inventarios más grandes en Nicaragua, pero lo más valioso de su empresa es el equipo que ha construido a lo largo de los años. “Los que empezaron conmigo son los que dirigen la empresa realmente”, dice con orgullo. Su administradora, quien alguna vez tuvo miedo de usar el teléfono, ahora lidera con confianza el equipo.
Sin embargo, Claudia sentía que su pasión por los eventos no podía limitarse solo al alquiler de mobiliario. “Los clientes querían algo más. Querían lugares al aire libre”, relata. Así fue como nació la idea de abrir Casa Jardín, un centro de eventos en una casa antigua con un hermoso jardín, que ha estado en funcionamiento durante ocho años. Este nuevo espacio le ha permitido a Claudia diversificar su oferta y atraer a más clientes, brindando un lugar perfecto para celebrar desde bodas hasta aniversarios y eventos corporativos.
La vida de Claudia tomó un giro inesperado en 2018. Decidieron mudarse a Ecuador, donde su esposo le sugirió intentar un nuevo comienzo. Sin embargo, después de seis meses, Claudia y su familia decidieron regresar a Nicaragua
“Mis papás siempre me apoyaron en mis decisiones”, recuerda. Así, reabrieron CM Rentals, justo en un momento en que muchas parejas querían celebrar bodas después de la pausa forzada por la crisis. “Hubo una explosión de eventos en 2018 y 2019”, cuenta. Claudia se dio cuenta de que su capacidad de adaptarse era su mayor fortaleza.
A pesar del éxito en Nicaragua, con su esposo, decidieron mudarse definitivamente a Miami. “No planeaba quedarme, pero la pandemia cerró los aeropuertos y aquí me quedé”, relata. Fue un momento desafiante, pero también una oportunidad.
“Empecé a buscar trabajo, pero después de tantos años trabajando para mí misma, fue difícil acostumbrarme a un horario”, comparte. En lugar de rendirse, decidió abrir su propia empresa en Miami: La Clau. “Es más personal. La gente me conoce y sabe quién está detrás de cada evento”, explica. Claudia comenzó a participar en ferias de eventos y a involucrarse en grupos de networking, lo que la llevó a establecer conexiones valiosas en la industria.
Ha trabajado con diseñadores y productores reconocidos que jamás habría imaginado conocer. “A veces me cuesta entender cómo he llegado a donde estoy”, dice con humildad. Su habilidad para establecer relaciones auténticas ha sido clave en su éxito, también reconoce que su historia es un reflejo de la comunidad nicaragüense en Miami, que se ha apoyado mutuamente en tiempos difíciles. “Es hermoso ver cómo nos ayudamos entre nosotros”, comenta.
Hoy, mira hacia atrás y se siente agradecida por el camino recorrido. “Nunca pensé que estaría en una revista de Miami. Es increíble”, dice emocionada. Su viaje no ha sido fácil, pero ha demostrado que con pasión, determinación y un poco de amor por lo que haces, puedes construir algo maravilloso desde cero.
Para aquellos que están comenzando en la industria de eventos o en cualquier camino empresarial, Claudia ofrece un consejo valioso: mantente humilde y abierto a aprender. Al final, lo que importa son las relaciones que construyes y el impacto que dejas en las personas que tocas.
Con su historia, nos enseña que, aunque los obstáculos pueden ser desalentadores, la perseverancia y la pasión siempre triunfan.