El merengue está de luto. Ruby Pérez, una de las voces más emblemáticas de la música dominicana, falleció de manera inesperada mientras ofrecía lo que sería su última presentación en el icónico Jet Set de República Dominicana. El escenario que tantas veces lo vio brillar fue también testigo de su despedida definitiva, dejando en shock a fanáticos, colegas y al mundo del espectáculo.
Nacido como Fernando Pérez en Santo Domingo, Ruby dedicó su vida entera a la música. Desde sus inicios como vocalista de la orquesta de Wilfrido Vargas hasta consolidarse como solista, su voz potente y cargada de emoción marcó un antes y un después en el merengue romántico. Canciones como “Volveré”, “Enamorado de Ella”, y “Te Amo, Te Extraño” se convirtieron en himnos que acompañaron a varias generaciones.
A lo largo de más de 40 años de carrera, Ruby Pérez grabó más de 20 discos, llevó el merengue a escenarios internacionales y se mantuvo fiel a su estilo, incluso en tiempos donde otros géneros dominaban las listas.
Su historia también estuvo marcada por la superación. Sobreviviente de un grave accidente automovilístico en los años 80, Ruby se convirtió en ejemplo de fortaleza. A pesar de los obstáculos, nunca dejó de cantar, de crear, de emocionar.
Hoy, la música dominicana pierde a una de sus joyas más queridas. Ruby Pérez se fue como vivió: sobre el escenario, entregando su alma al público. Su voz seguirá resonando en cada rincón donde haya merengue, porque las leyendas no mueren, simplemente trascienden.
