La pandemia despertó en nosotros sentimientos increíbles y nos dio una valiosa lección


Cuando empezó la pandemia, nadie en su sano juicio hubiera creído que esto iba a durar tanto tiempo. Nuestra vida cambió radicalmente y eso nos llevó a un estado que en muchas ocasiones nos volvió muy vulnerables. Por otro lado, nos conectó con nuestro yo interior sobre todo cuando nos vimos obligados a alejarnos de nuestro entorno habitual.

Nuestro mundo cambió abruptamente y eso lo podemos observar todos los días desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. Nuestras charlas giran siempre alrededor de la pandemia y de los efectos que el COVID-19 tiene en nuestra salud.

Pero, a pesar de que la cuarentena nos tiene encerrados en casa, podemos asegurarte que pronto nos volveremos a encontrar con todo aquello que dejamos atrás cuando esto comenzó: familia, amigos, lugares y cotidianos.

El virus nos demostró que los humanos no somos invencibles, que somos mucho más débiles de lo que pensamos y que el mundo, ante nuestro asombro, puede seguir funcionando sin nuestra presencia. Un claro ejemplo es cómo cambió el medioambiente y cómo la Madre Naturaleza se está regenerando a una velocidad que, en otro momento, hubiera parecido poco creíble.

Por fortuna, los cambios siempre son para mejor, inclusive aquellos que pensamos que pueden ser negativos y que no nos dan el derecho a elegir cuáles son los pasos a seguir. Es cierto que no hay mucho que hacer en este entorno, pues la única solución para que la cuarentena termine, precisamente es estar en cuarentena. Por suerte hay mucho que hacer para que pronto volvamos a la vida normal.

El secreto está en mantener la calma. No es fácil, lo sabemos. Tenemos la obligación de cambiar nuestro estilo de vida. Todo lo que conocíamos como cotidiano hasta hace unos meses está en suspenso y ahora todo es nuevo.  Si bien estar en nuestro centro puede ser difícil, sobre todo con el bombardeo constante de información que en ocasiones crea señales de alarma innecesarias, es importante que nos tomemos las cosas con calma, porque cuanto antes aceptemos los cambios, más rápido vamos a poder volver a nuestra vida anterior.

¿Qué cosas podemos y debemos valorar para mantener la calma?

Puede ser que pienses que esto es una tontería, pero a pesar de no estar preparados para una pandemia de este tipo y a estar alejados de todo aquello que es importante, existen cosas muy valiosas que nos sirven para valorar todo lo que aún tenemos: nuestra vida,  la salud y lo que tenemos que no siempre pasa por lo material. Muchas veces lo vertiginoso de nuestra vida nos impide disfrutar de las pequeñas cosas que tenemos en casa y de cuidar a todos los que amamos, ya sea que estén o no viviendo en nuestra misma casa.

También podemos valorar que aprendimos a vivir de una manera diferente a la cotidiana, ¡y tenemos mucho éxito al hacerlo! Supimos que la Madre Naturaleza es más fuerte de lo que pensamos y que tanto las plantas como los animales nos dieron una lección increíble de supervivencia y adaptación.

Hay cosas positivas en esta pandemia que quizá no te habías dado cuenta que pasaban a tu alrededor como el hecho de encontrarnos a nosotros mismos y a conocernos mucho más. Lo mismo ocurre con quienes conviven con nosotros todos los días, pues muchas veces la falta de tiempo nos impide prestar atención a quienes están a nuestro lado.

No podíamos dejar de lado a la solidaridad. Fue algo que brotó de nuestros poros aún sin esperarlo. Donar parte de nuestras cosas, ayudar a los que menos tienen y mantenernos encerrados fue y es una manera de colaborar. Eso es cuidar al otro.

Por todo esto, te aseguramos que si bien la vida nunca volverá a ser la misma de antes, estamos de acuerdo que todo cambiará para mejor y que nos volveremos personas mucho más cuidadosas con el medio ambiente, más solidarias y amables y que todo esto pasará para volvernos a encontrar y fundirnos  en un abrazo eterno.