Cómo cuidar tu alimentación sin hacer dieta

Uno de los sueños de cualquier mujer que se precie es estar en forma sin necesidad de hacer ningún tipo de dieta ni de someterse a estrictas rutinas de ejercicios de muchas horas al día. Déjame contarte que esta maravilla sí existe y que es posible ponerla en práctica siguiendo unos sencillos consejos que te permitirán mantener la línea sin sacrificarte ni hacer cosas extremas y cuidando la alimentación, ¡sigue leyendo!

Controla todo lo que comes entre comidas

Picotear entre comidas no es la mejor idea. Por eso mismo, si sientes hambre entre comidas, evita las harinas y decídete por frutas secas y frescas. Por ejemplo, en lugar de comer una galleta o pan, opta por un puñado de nueces o de almendras, una banana, una manzana o un yogurt. Ten en cuenta que, para evitar el pìcoteo, lo ideal es realizar las cuatro comidas diarias con raciones abundantes de frutas y verduras.

Desayuna bien

Siempre decimos que el desayuno es la comida más importante del día y no nos cansamos de repetirlo. Desayunar bien hará que tu cuerpo tenga la suficiente energía para afrontar un largo día y te permitirá llegar a la hora del almuerzo sin necesidad de comer nada antes.

No tomes muchos jugos

Los jugos de fruta, sobre todo los manufacturados, presentan un alto nivel de azúcares. Por eso mismo, es importante constatar la cantidad de vasos que se consumen al día. Lo ideal es remplazarlos por agua saborizada con pepino, limón u hojitas de menta, por ejemplo. También, otro pequeño secreto que aconsejan los nutriólogos es beber uno o dos vasos de agua antes de cada comida.

Cocina tú misma  y redacta un menú semanal

Para no salirte de la raya cuando comes, prueba con realizar un menú semanal con todas las opciones de comidas. Además, esta idea ¡te solucionará un problema al momento de pensar “¿qué cocinaré hoy?” Demás está decir que es preferible que elijas frutas y verduras de estación y comidas caseras. Deja de lado los alimentos precongelados, las comidas chatarra y, por supuesto, los dulces. Ten en cuenta que también deberás medir las cantidades y, una vez que estés llena, no comer más.

Lava tus dientes

Si lavas tus dientes inmediatamente después de comer, verás que, increíblemente, dejarás de sentir hambre. Ocurre que tu cerebro reaccionará al olor y al sabor de la pasta dental. Será como la luz roja de los semáforos diciéndote, ¡alto! ¡ya no comas más!

Compensa los excesos

Muchas veces cedemos a la tentación de consumir mucho más de lo que nuestro cuerpo necesita. Eso, como consecuencia, nos hace sentir llenas y, como es obvio, añade calorías a nuestras caderas. Por eso mismo, es importante que, cuando consumas comida en exceso lo compenses con sopas, licuados y jugos depurativos.