El feminismo en América Latina, mucho más que protestas y marchas

El feminismo está ganando cada vez más adeptos y las voces de las mujeres tienen mucha más fuerza en Latinoamérica y en la zona del Caribe. Seguro recuerdas la canción que decía «Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía. El violador eras tú” . Surgió allá por el 2019, precisamente el 25 de noviembre, cuando se celebró  el Día internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer en Chile. Fue cantada en protesta contra el gobierno neoliberal de Piñera, en pos de lograr hacer escuchar la voz en defensa de todas las mujeres que fueron abusadas durante ese año y del Estado cómplice que siempre se mantuvo al margen de esto.

#Niunamenos

La canción y su significado se esparcieron por todo el mundo velozmente gracias a las redes sociales. La protesta se adaptó a las necesidades de cada país en particular. Por ejemplo en México y en Argentina se usó para reclamar la despenalización del aborto. En Honduras, para acusar al Estado de estar en combinación con los narcos. En Colombia, fue un claro desafío a la iglesia. Así sucedió en todas partes del mundo ya que se convirtió en un himno en las marchas feministas.

Además de los temas menores, hubo dos grandes problemáticas que, por fuerza propia, adquirieron una gran importancia en cada marcha y en cada comunicado que el movimiento feminista emitía. Uno de ellos fue el fin de la violencia de los hombres para con las mujeres y el acceso a derechos reproductivos.

Sin lugar a dudas, en toda latinoamérica, el aborto legal y con todas las garantías es uno de los temas siempre presentes en las marchas feministas. Latinoamérica junto con el Caribe, son las regiones más peligrosas para las mujeres ya que se presentan las tasas más altas de femicidios por mes en todo el mundo. América Latina tiene el triste récord de presentar la segunda cifra más alta de enfermedades venéreas y embarazo adolescente.

Feminismo

Hagamos un poco de historia

El feminismo en América Latina no es algo que surgió de la noche a la mañana sino que comenzó a principios del siglo XX con la lucha de las mujeres por la posibilidad de emitir su voto al igual que los hombres. Las primeras en acceder al voto fueron las uruguayas en 1927 seguido por Argentina en 1947, México en 1953, Colombia en 1954, Honduras, Nicaragua y Perú en 1955, y Paraguay en 1961.

Años más tarde, la convulsionada vida de los países latinoamericanos se vería envuelta en golpes militares. Esto provocó que las mujeres hicieran esfuerzos valientes contra las dictaduras que provocaron miles de muertos entre los años 60 y 80. Precisamente en 1977 en la República Argentina, un grupo de madres de desaparecidos comenzaron a marchar y a reclamar por conocer el paradero de sus hijos secuestrados durante la dictadura de Jorge Rafael Videla. En Chile y Uruguay sucedió algo similar. Esto logró un precedente histórico que planteó que era necesaria la formación de grupos de derechos humanos para que actúen en defensa de las víctimas.

En cuanto a los movimientos violentos, no podemos dejar de destacar el que protagonizaron las mujeres durante la Revolución Cubana, en Nicaragua y también en México. Fue tal la fuerza de las mujeres que, en 1968 en Cuba, se legisló por primera vez el aborto legal conviriténdose en el primer país latinoamericano en conseguirlo.

En Nicaragua, la cantidad de mujeres que participaron en los movimientos armados de las guerrillas fue una de las más amplias ya que lucharon hombro con hombro junto con los hombres dando cuenta de una gran valentía. Tal fue la importancia de este tipo de luchas que surgieron diferentes movimientos sandinistas creados por y para las mujeres.

Por otra parte en México, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), durante la década en la que actuaron clandestinamente, logró incorporar muchos indígenas de los pueblos aledaños siendo las mujeres un gran porcentaje de estos voluntarios. El zapatismo incluyó en sus preceptos la Ley Revolucionaria de Mujeres lo cual llevó a las mujeres a dar un paso más hacia la liberación siempre tan buscada en América Latina.

El feminismo adquirió una fuerza propia tan fuerte que en 1981 en Bogotá, Colombia se celebró el primer encuentro Feminista Latinoaméricano y del Caribe que se realizaba en forma periódica cada dos años. En 1990, adquirió aún una fuerza mayor, pues incorporó las ideas de mujeres negras, mestizas, indígenas e inmigrantes que pudieron, al fin, hacerse escuchar. Finalmente en 1994 en la Organización de los Estados Americanos se firmó la
Convención Interamericana cuyo principal fin fue el de prevenir y erradicar la violencia masculina.

Ni una menos

De un tiempo a esta parte, ha surgido un movimiento llamado «Ni una menos» que tiene como fin principal el evitar que haya más muertes de mujeres en situaciones de violencia de género. Este movimiento salió a pelear a las calles en pos de la despenalizacion del aborto. No era raro ver un grupo enorme de mujeres con pañuelos verdes que abogan por la posibilidad de que quienes deseen hacerse un aborto no deban recurrir a médicos clandestinos que muchas veces ponen su vida en peligro.

En Argentina tuvo repercusión al asumir el nuevo presidente, Alberto Fernández, pues se sancionó en forma positiva la posibilidad de acceder al aborto sin necesidad de recurrir a prácticas que no son del todo seguras. Por otro lado, en Chile, el movimiento «Ni una menos» fue el protagonista de diferentes manifestaciones con el mismo fin: despenalizar el aborto a los que se le sumaba la campaña por un plebiscito para cambiar la Constitución. En otros países, como Costa Rica y Colombia también tuvo una gran influencia en cuestiones como la del aborto, de la lucha por los derechos y contra la violencia de género.

Es importante apoyar todas las iniciativas del movimiento feminista siempre y cuando no generen violencia ni enfrentamientos. Este 2021 es el momento en el que todas debemos decir basta de violencia y abogar por un futuro libre de muertes y tragedia.