Esta fue la vida de Jeffrey Dahmer, el “monstruo de Milwaukee”

Jeffrey Dahmer es conocido en todo el mundo debido a los macabros asesinatos que llevó a cabo a lo largo de su vida entre 1978 y 1991. Durante esos años mató a 17 personas, las descuartizó y se las comió, por lo cual también se le adjudicó el apodo de caníbal. 

Acerca de su vida se realizaron muchísimas películas y documentales e inclusive se escribieron libros sobre el tema. Más allá de eso, la serie “Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” volvió a renovar la curiosidad acerca de este personaje tan siniestro.  

Conozcamos un poco de la vida de Dahmer, ¡sigue leyendo!

Su infancia

Se puede decir que la infancia de Dahmer fue como la de cualquier niño, es decir, que los científicos no encontraban nada diferente que pudiera indicar que en un futuro Jeffrey iba a transformarse en un asesino tan despiadado, pues no hubo ni maltrato ni abusos de ningún tipo. Nació en Milwaukee, Wisconsin en mayo de 1960. Su padre, era químico y su madre, telegrafista. Cabe aclarar que alrededor de los 10 años, la madre de Jeffrey fue diagnosticada con una enfermedad mental, mientras que su padre debido a la cantidad de trabajo no estaba nunca en su casa. 

Fue durante la adolescencia donde empezó a mostrar algunos comportamientos que años después desembocarían en los asesinatos. Uno de ellos fue la disección de animales que encontraba muertos en la carretera. También, de acuerdo a la nueva pareja de su padre Lionel, llamada Shari, el joven disolvía a los animales en ácido hasta obtener los huesos, cosa que haría después con las personas que asesinaba.  

Los asesinatos

A partir de junio de 1978 comenzó e periodo más oscuro de la vida de Dahmer, pues se produjo el primer asesinato. La víctima fue Steven Hicks, un joven de 18 años que se dirigía a un recital cerca de la casa de Dahmer. Este se brindó a llevarlo y antes le ofreció un trago en su casa, donde lo asesinó a golpes con una pesa que usaba para hacer ejercicio. Según cuenta Dahmer, la razón por la que lo mató fue porque el joven estaba ansioso de ir al concierto y no tenía ganas de quedarse con él.  

La forma de actuar de Dahmer era siempre igual: desmembraba a las víctimas, introducía sus partes en ácido, y guardaba los huesos. De algunas de sus víctimas conservaba la cabeza para poder contemplarla a solas, como declaró más tarde. 

Después de ese asesinato pasaron 9 años en los que nada ocurrió. Jeffrey acudió a la universidad, de donde lo expulsaron durante el primer semestre, posteriormente su padre intentó que entrara al ejército, pero también lo echaron debido a que consumía alcohol en exceso. 

En 1981, Dahmer se mudó a la casa de su abuela y fue allí donde tuvo relaciones con otros hombres. Después comenzó a visitar bares gays para conocer potenciales víctimas. En 1987 cometió su segundo asesinato. La víctima se llamaba Steven Tuomi de 25 años. En el juicio, Dahmer no recuerda cómo mató a Steven. Aduce que se despertó al día siguiente al lado del cuerpo sin vida de Tuomi cubierto de moretones. 

Fue a partir de allí que se iniciaría una seguidilla de asesinatos que siempre tenían el mismo modus operandi: Dehmer concurría a un bar, conocía a un joven, lo llevaba a su casa, lo drogaba y lo estrangulaba. De esa manera murieron Richard Guerrero, James Doxtator, Anthony Sears, Raymond Smith, Edward Smith, Ernest Miller, David Thomas, Curtis Straughter, Errol Lindsey, Konerak Sinthasomphone, Tony Hughes, Oliver Lacy, Matt Turner y Joseph Bradehoft.

Una vez que ya los mataba, desmembraba los cuerpos y conservaba algunas de sus partes en el refrigerador o las sumergía en diferentes sustancias. Una vez consumado el asesinato, Dahmer desmembraba el cuerpo e intentaba conservar sus partes guardándolas en la nevera o sumergiéndolas en sustancias como soluciones salinas.

Los vecinos se comenzaron a quejar del olor nauseabundo que salía de la casa de Dahmer, pero la policía por más de 5 años no logró atraparlo. 

En julio de 1991, Dahmer convenció a Tracy Eward de posar para él a cambio de dinero. Por fortuna el joven logró sobrevivir al asesino y de esta manera la policía tuvo las pistas necesarias para poder atraparlo gracias a las fotos que lo incriminaban. 

En el juicio, durante su testimonio, Dahmer admitió que cometió actos de canibalismo y necrofilia usando los cuerpos de sus víctimas. Lo hallaron culpable de 15 homicidios y fue condenado a 15 cadenas perpetuas. Fue enviado a la prisión estatal de Ohio, donde murió dos años después de un golpe en la cabeza debido a una pelea carcelaria.